Lo primero que hicieron notar los trabajadores y los sindicatos es que cómo se puede llamar voluntario a un plan que la propia administración Millicom llama de “Retiro Voluntario Dirigido”. Eso quiere decir que apunta a un grupo de trabajadores específico (ex EPM y Orbitel), de quienes se quieren deshacer a como dé lugar.
De hecho, desde la mal llamada fusión UNE-Millicom en 2013, este es el tercer plan de retiro voluntario que “ofrece” la empresa.
En los dos primeros salieron de TigoUne algo más de 500 trabajadores que se suman a 590 despedidos en los últimos 5 años y los 601 que pasaron a la SAS Huawei.
Solo basta mirar un par de cifras para darse cuenta del impacto laboral negativo que dejó como consecuencia la fusión UNE-Millicom: En enero de 2013 UNE contaba con 2.700 empleados, y hoy esa cifra escasamente llega a los 1.500 trabajadores.
Por eso sigue la pregunta, si de acuerdo con los concejales de Medellín que dieron el SÍ a esa fusión con el argumento que Millicom era el socio adecuado para UNE, ¿por qué no ha generado utilidades como lo ha dicho la Contraloría General de Medellín, o por qué no ha sido capaz de mantener la nómina? ¿No hay recursos para pagar la nómina pero sí para dar bonificaciones a los altos directivos de Millicom?
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