Por José Obdulio Gaviria
Para individuos como Petro -y la patulea del Pacto Histórico-, las FARC y sus disidencias y el ELN y sus satélites, fueron componentes legítimos de la oposición colombiana a los gobiernos de Uribe y Duque.
La izquierda predicaba como estrategia política legítima la “combinación de formas de lucha”.
Por eso resulta natural y coherente su indignación (del conjunto de la izquierda) por la utilización de Pegasus para perseguir a Márquez y a Santrich.
Hay mucha constancia gráfica de que Santrich y Marquez fueron tratados por el actual oficialismo como camaradas de lucha opositora; hay fotografías de senadores del Pacto esperando a Santrich a la salida de la cárcel para darle acogida y llevarlo en andas (a él y a Marquez) al Capitolio, a donde pertenecían según el acuerdo Santos-Timo.
El Foro de São Paulo, una especie de congreso comunista latinoamericano, tuvo formalmente a las FARC como afiliada hasta 1997.
En 1996, ‘Raúl Reyes’ participó en el sexto encuentro del Foro, representando al Secretariado.
Para Petro, Roy, Santos, Cepeda y compañía, la acción legal de la DEA contra Santrich y Márquez fue un “entrampamiento” a la oposición.
Para ellos, darlos de baja se define como asesinato de líderes opositores. Para @petrogustavo, Pegasus nunca dejará de ser un verso satánico de los odiados judíos.
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