Petro el sepulturero 

Por Carlos Mario Restrepo

Un presidente que en el ocaso de su gobierno no tiene nada bueno que mostrar, ni una cinta para cortar es ni más ni menos un SEPULTURERO, para llamar las cosas por su nombre…

Un gobierno que, por el contrario, solo deja de herencia una estela de graves dudas y sospechas, múltiples actos de inmoralidad, corrupción y nepotismo, escándalos a granel a nivel nacional e internacional, semillas de odio, abandono y violencia en los campos tomados por las bandas criminales, con la firme intención de perpetuarse en el poder, con el acompañamiento de los personajes más siniestros en la historia del país, como son los sátrapas de Cepeda, Benedetti y Roy Barrearas, reconocidos simpatizantes y cómplices del Santopetrismo, un personaje que acabó con la confianza inversionista e institucional… Es, ni más ni menos, un SEPULTURERO.

Petro SEPULTO las esperanzas engañando a muchos incautos que ingenuamente creyeron en sus promesas de cambio. Incluso traicionó a sus más fieles seguidores de la Colombia humana.

Un presidente que se ha paseado por todos los países del mundo, pretendiendo vender una falsa imagen de ídolo redentor de los pobres, asistiendo a foros y conferencias haciendo el ridículo y el hazmerreír entre todos los asistentes, se ha convertido ni más ni menos en el SEPULTURERO de nuestra imagen y reputación.

Un presidente que se reúne recientemente en el vecino país del Ecuador, sin «ton ni son», sin ninguna justificación, dejando de paso muchos interrogantes, con alias Fito el más peligroso criminal de ese país y además sale en tarima en Medellín en un acto a todas luces violatorio de la ley, rodeado de los peores bandidos de nuestro medio, no puede llevar la banda presidencial en representación de los colombianos y por el contrario se convierte en el SEPULTURERO  de la imagen de los organismos de control y de las altas cortes.

Colombianos en nuestras manos, unidos está el futuro del  país, tenemos que  superar esta negra noche y aprender a no creer en estos falsos mesías, vendedores de humo, prometedores de ríos de leche y miel que sólo dejan frustraciones, generando odio y luchas de clases sociales, antes de que sea demasiado tarde y seamos víctimas, como manso rebaño de ovejas, de las garras del sepulturero de Gustavo Petro y sus secuaces…