20 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Pensamiento Sapiens y pensamiento Neandertal

Enrique E. Batista J., Ph. D. 

https://paideianueva.blogspot.com/

 «Lo último que necesitamos es el pensamiento neandertal de que mientras todo esté bien, quítate la mascarilla. Olvídate. Eso aún importa». – Presidente J. Biden. 

Esta frase en el epígrafe la expresó el presidente Joseph R. Biden por la decisión de los gobernadores republicanos de Texas y Misisipi de eliminar la restricción del uso de la mascarilla para prevenir y detener la infección del coronavirus. El uso del calificativo «Pensamiento Neandertal» elevó la consulta en los motores de búsqueda sobre quiénes fueron los neandertales, aclaremos aquí: 

Reconocen los paleoantropólogos cuatro especies humanas y una variedad más amplia de subespecies. En un período no muy remoto de la historia geológica, Europa y Asia estaban habitadas por cuatro especies humanas: SapiensNeandertales(por sus fósiles hallados año 1856 en una cantera en el Valle de Neander en Alemania),Denisovanos, de los que se sabe muy poco (descubiertos en 2008 en la cueva de Denisova al sur de Siberia), y otra llamada Homo erectus. Las tres últimas se extinguieron; existe fuerte evidencia de que se entrecruzaron y también de que hoy portamos huellas genéticas de ellas. La extinción de los Neandertales y del Homo erectus ocurrió no hace mucho en términos geológicos, unos 30.000 años. Se acepta que la extinción hace parte de la evolución. El Homo sapiens, nuestra especie, surgió hace cerca de 200.000 años. (https://rb.gy/aa98duhttps://rb.gy/be6h8f). 

Se han extinguido esas tres especies humanas, parece ser que seguiremos nosotros por el arrasamiento que hacemos del planeta, por algún hecho catastrófico de origen sideral, por una pandemia impenitente, porque llegaremos a la gran singularidad tecnológica (según algunos hacia 2050) en donde no existirá diferencia entre el hombre y máquina, o por mutaciones genéticas extraordinarias que de manera voluntaria, intencionada o accidental produzcamos con el avance de los conocimientos científicos y tecnológicos. 

Es apenas lógico concebir que para ser gobernante se precisa poseer pensamiento inteligente, pensamiento Sapiens. Ha sido evidente que muchas de las tragedias que hemos vivido desde 2020 se deben al manejo político errático, impropio e inadecuado de la pandemia, empezando por los coqueteos  para ocultar la verdad (la cual todavía hoy no la sabemos) del gobierno chino y del director de la Organización Mundial de la Salud  con sus imprecisiones y vaguedades sobre el origen, la gravedad  y el  insondable riesgo a la salud pública en todo el mundo.  A la conspiración para ocultar la verdad se sumaron destacados gobernantes que negaron la gravedad, amenazas y riesgos de la pandemia. Esos gobernantes han puesto la política por encima de la sensatez, la política por encima del mejor estar colectivo, de la economía, de la educación de los niños, del empleo, de la salud y de la vida de todos. Son evidentes los varios casos en el mundo donde el manejo de un problema serio y mortal de salud pública se ha regido por criterios infundados o intereses políticos mezquinos, manejo que en varios países (México, Brasil, Estados Unidos y Suecia, por ejemplo) ha sido calificado como criminal e irreparable. 

La política y los gobiernos son para asegurar el progreso colectivo y el buen y sano vivir de cada uno de los gobernados, de cada ciudadano. El descuido y abandono de este principio ha tenido un efecto grave sobre la salud y vida de tanta gente, pero en especial un efecto negativo superlativo sobre los niños en su salud mental, retraso escolar y continua socialización. La pandemia nos ha dado un ejemplo de qué ciencia y acción política tienen que ir de la mano, no bastan sólo los avances esenciales que puede mostrar la primera si se carece de la voluntad, la proyección y la sapiencia política para tomar las acciones que beneficien a la población en general y que permitan que los avances, productos y soluciones que la ciencia puede ofrecer, lleguen de manera oportuna con sus beneficios a cada ser Homo sapiens residente en el planeta. 

La salud y la vida de los ciudadanos no es una cuestión sujeta a la curiosa, aleatoria o caprichosa voluntad de los gobernantes. El gobernante no puede carecer de pensamiento inteligente de Homo sapiens. La búsqueda y protección del mejor estar colectivo es un ineludible compromiso de la acción política del gobernante. El Estado Social de Derecho establece derechos inalienables y deberes insobornables. La vida es el derecho humano fundamental. El olvido, y aún más grave, la acción caprichosa de omitir la protección de la vida de los ciudadanos llevó a algunos gobernantes irresponsables a tomar de decisiones incorrectas, a la negación de la pandemia y de la enfermedad y a la muerte de muchos que pudieron (y pueden) ser evitadas. De paso, como consecuencia agravante, ha permitido prologar la duración de la pandemia y dar oportunidad al virus de mutar hacia cepas más insidiosas. Son gobernantes que parecen no pensar con el cerebro que aun nuestros ancestros neandertales sí lo usaban de manera inteligente.   

El pensamiento Sapiens adquiere distintas formas.  Destacamos aquí algunos de ellos que, con optimismo, algo pecaminoso por lo incierto, deben poseer quienes tienen la democrática función de gobernar, pero que con inusitada y alta frecuencia están ausente en muchos de ellos (https://medicoplus.com/psicologia/tipos-pensamiento): 

El pensamiento analítico está presente en quienes pueden considerar y comprender los diferentes componentes de un problema, pro y contras de determinadas actuaciones para incrementar las posibilidades de soluciones exitosas. El pensamiento lógico se construye sobre las bases de premisas construidas o inferidas de las realidades observadas y de experiencias previas para alcanzar conclusiones mejor fundadas que puedan guiar una acertada toma de decisiones.  

El pensamiento mágico llena la mente de muchos gobernantes. Se refiere a pensar con el deseo, pertenece al mundo de la fantasía engañosa, a un mundo artificial, lejos de realidades concretas y de evidencias que sustenten propuestas y acciones. Así, una ministra puede, con palabras llenas de magia fantasiosa, decir «vamos pronto a tener una educación como la de Singapur», sin consideración analítica o lógica sobre medios, mecanismos y determinantes específicos de tiempo, modo y lugar. Se tienen efectos más desastrosos cuando el deseo fantasioso se vuelve acción. Hubo el gobernante que asumió que su pueblo era una raza superior predestinada a gobernar al mundo con un imperio que duraría un milenio, para ello inició una guerra que costó la vida a más de 60 millones de personas y por décadas a inconmensurables sufrimientos a  toda la humanidad.  Otros, en mitad de esta pandemia del coronavirus, con sus actitudes, comportamientos y deliberadas omisiones han llevado a millones a la enfermedad y a miles de miles a la muerte.  

Entonces, el pensamiento Sapiens es creador y recreador, constructor y reconstructor, que, de nuevas experiencias, conocimientos, realidades o soluciones, es guiado por el pensamiento práctico para alcanzar soluciones más oportunas y de mayor efecto positivo en la sociedad. El pensamiento Sapiens permite a los gobernantes anticipar la creación de nuevos conocimientos, nuevos objetos y hechos de la cultura material y espiritual de los seres humanos, fortaleciendo su capacidad de prever y planificar las soluciones a los problemas que enfrenta toda la sociedad o sectores específicos de ella.  (https://rb.gy/qvbjtg). 

Le señaló Maquiavelo a su príncipe las tres clases de intelecto: el que discierne por sí, el que entiende lo que los otros disciernen y el que no discierne ni entiende lo que los otros disciernen. Y le agregó: “El primero es excelente, el segundo bueno y el tercero inútil… es propio de un príncipe prudente rodearse de los hombres de buen juicio”. 

Con seguridad los hombres neandertales poseían mucha más inteligencia y capacidad de discernimiento que los gobernantes aquí referidos. Por ello, en la comparación del presidente Biden podrían los neandertales resultar ser los ofendidos.