19 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Pavos y acción de gracias 

Por Oscar Domínguez G. 

En Estados Unidos, el último jueves de noviembre millones de pavos pagan los platos rotos. El presidente de turno en USA, suele indultar un plumífero de estos, pero millones y millones de colegas suyos (de los pavos, no del presidente) van a dar al buche de los hermanos yankis. Extraña forma de dar gracias…. 

En casa no comíamos pavo. Mi padre solía traer piscos.  Me parecían unos pájaros derrotados, desolados, perdidos, como testigos de Jehová gringo en tierra colombiana. Los piscos miraban a todas partes como pidiendo abogado, o, mínimo, la presencia de la sociedad protectora de animales. Se sentían discriminados. En sus genes veían venir lo que les esperaba. 

Parecían gallinazos disfrazados. Pero su verdadero drama consiste en que están a años luz de la belleza de sus parientes ricos, los pavos. 

La muerte de los pobres piscos se ejecutaba con toda la violencia de que es capaz el bobo sapiens. 

Los emborrachaban a veces y luego los decapitaban porque era imposible despescuezarlos. Algo hemos avanzado y ahora los matan poniéndole música metálica. Sugiero despacharlos con trinos de políticos como Trump y adiós. 

Pero los tales pavos son harina de otro costal. Creo que ni se comen. Como que solo viven cómodos pavo-neándose en los zoológicos. 

En el zoológico Santa Fe, de Medellín, andan por ahí como Pedro Picapiedra por su rocacasa, o como Pedro, el primer papa, detrás de Jesús de Galilea. 

El pavo del zoológico Santa Fe que me encontré una vez me miró y como no le di nada me despachó con una mirada de desprecio, de mujer fatal, de Monalisa después de ponerle los cachos a Giocondo, su marido, y se fue a buscar un visitante menos tacaño. 

A los pavos deberían conservarlos como obras de arte que caminan como este  de la foto que retraté en un hotel de República Dominicana. 

En tiempos del presidente Bush, le envié este mensaje un Día de Acción de Gracias: 

Presidente, ¿que es eso de andar indultando pavos y haciendo chistes flojos en la festividad más importante de su país, cuando debería estar ordenando el regreso de sus tropas de Irak y otros países, adonde fueron a buscar lo que no se les ha perdido? 

Espero que haya escuchado el chiste perverso que le hizo en la televisión de su país el presentador y periodista David Lettermen. 

Este aseguró que usted indultó al pavo “Flyer” (Volador) después de que el vicepresidente Cheney se la pasó todo el día torturándolo, una especialidad de la casa… 

Le hizo mucha gracia a usted decir que a su perro Barney, en vez de perseguir la pelota de béisbol que usted le tiraba como a cualquier can tercermundista, le dio por perseguir al pavo Volador a ver si se lo empacaba. Lo triste es que mientras siguen destapando casos de torturas en Irak, la base de Guantánamo, en Cuba, e intermedias, usted decide enviar de paseo al pavo este a Disneylandia. 

“Qué falta de respeto qué atropello a la razón”, presidente Bush.  Más bien, debería estar bajándose del bus de la guerra. 

Claro que este año mejoró levemente en relación con el pasado cuando fue hasta Irak a llevarles un pavo de plástico a sus tropas. 

Los primeros colonos ingleses que desembarcaron en Plymouth, Nueva Inglaterra, en el siglo XVII deben estar que se revuelcan en sus tumbas, al ver que la fiesta  está cada día más perratiada por los horrores de la confrontación. 

Por si no lo recuerda, esa fiesta se instituyó en acción de gracias por la buena cosecha que siguió al año de invierno y privaciones que debieron afrontar los primeros peregrinos. 

El primer presidente, Washington, eligió el 26 de noviembre como día oficial de acción de gracias. Abraham Lincoln, en 1863, eligió el último jueves de noviembre como fecha oficial. 

No hablo con los muertos, pero me late que a esos dos ilustres antecesores suyos no les debe gustar ni poquito lo que usted y otros presidentes suelen hacer: indultar uno, sacrificar millones y bombardear aquí y allá. 

En su país, el último jueves de mes, todo el mundo se faja en la cocina preparando deliciosos pavos con puré de papas, salsa de arándanos, torta de calabazas y bebidas varias. 

No creo que usted se merezca un pavo de esos. Dese por bien servido si le dan hamburguesa con Coca-Cola. Gánese el pavo, retirando su chatarra bélica de tantas partes… No me quite más tiempo, Mr. Bush…