29 marzo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Panaderías: en riesgo por alza continua en precio de los insumos

Las palabras y frases más comunes por estos días entre los comerciantes del sector de panaderías es: “Todo subió, la harina de trigo, levadura, queso, azúcar, leche, y el aceite”. 

El 2022 inició con gran preocupación y desconcierto para el sector de las panaderías, en el cual el alza de los insumos es constante y no hay un límite, para un sector que genera alrededor de 400.000 empleos directos en el país y 800.000 indirectos, con aproximadamente 25.000 panaderías. 

Entre las ciudades, el primer lugar en cuanto a participación lo ocupa Bogotá, con cerca de 8.000 establecimientos, seguida de Medellín y el Valle de Aburrá, con 2.700, y Cali, con aproximadamente 2.500. 

Y es que hay insumos que han tenido incrementos de precio superiores al 60%, por ejemplo, el trigo, que es el ingrediente más importante en la mayor parte de los productos de panificación, se está viendo fuertemente impactado principalmente por los altos precios internacionales. En Colombia, la producción nacional de trigo representa el 0,3%, se debe importar principalmente desde Canadá y Estados unidos por vía marítima el 99,7% del trigo que se utiliza para la producción de harina. 

Entre las dificultades se encuentra la disminución en un 33% de la cosecha en Canadá por variables climáticas que incidieron en la disminución de las siembras, rendimientos de cosechas y producción en el mundo, adicional los costos logísticos han aumentado de precio considerablemente y la escalada de la tasa de cambio tampoco favorece. 

Ante el panorama actual, los comerciantes del sector de panaderías deben optar por aumentar el precio de los productos, aunque es muy difícil trasladar el costo al consumidor final y el comerciante termina sacrificando parte de las utilidades para no perder clientes, sin embargo, aquellos que no realizan incrementos importantes de precios deben compensar disminuyendo el tamaño de los productos para poder mantenerse.  

Asimismo, deben ingeniárselas buscando estrategias internas que les permita generar mayor productividad para mitigar el impacto en los precios. 

Los panaderos están en todas las clases socioeconómicas y la situación actual pone en riesgo estas unidades económicas y la inevitable pérdida de empleos.  

Y aunque es posible que el consumo por parte de los hogares disminuya debido al aumento de precios, cabe resaltar que los hogares de Medellín tienen un promedio anual de 13,5 kilos de consumo de pan, en nueve de cada diez hogares de consume pan, siendo la ciudad que más tiene presente este alimento en sus comidas, según un estudio de Kantar, y hace parte de los cinco productos indispensables en la canasta familiar.