24 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Otra vez incomunicado el suroeste antioqueño

Jose Hilario Lopez

Por: José Hilario López 

Tal como ocurrió en el mes de mayo de 2019 con el deslizamiento de la Sinifaná, que cerró la Troncal del Café por casi un año, hoy el suroeste antioqueño se encuentra otra vez incomunicado, pero está vez la situación es mucho más grave ya que el colapso de uno de los puentes de la carretera por el Alto de Minas y las recurrentes afectaciones de la vía Camilocé (Municipio Amagá)-Venecia -Bolombolo están obligando a desviar todo el tráfico del valle de Aburrá hacia o desde el Eje Cafetero y el suroccidente del país por La Troncal del Café. A esto se agrega el colapso de la banca de la doble calzada que está construyendo Covipacífico en un sitio localizado entre La Siria y el viaducto de la Sinifaná.  

 (ver fotografía), así como un deslizamiento en la vía Bolombolo- Santafé de Antioquia, alternativa que podría ser utilizada para acceder o salir del valle de Aburrá hacia el suroeste antioqueño. Es tan grave la situación que un viaje entre Medellín y Bolombolo en las actuales circunstancias puede durar hasta 8 horas, lo que normalmente toma menos de dos horas. 

Deslizamiento con destrucción de la banca en Pacífico 1, entre La Siria y el viaducto de la Sinifaná  

Las altas precipitaciones registradas en país a partir del mes de setiembre de 2021, agudizadas durante el pasado mes de abril, indican que estamos ante una temporada de lluvias comparable al Fenómeno Niña 2010-2011, sin que todavía hayamos aprendido la lección. 

Limitándome a las afectaciones a la red vial nacional, quiero seguir insistiendo sobre la urgencia de desarrollar en nuestro medio políticas públicas de  gestión del riesgo, complementada con campañas educativas a todos los niveles de la población.  

La gestión del riesgo se define como  

“el conjunto de procesos ingenieriles, sociales, políticos y administrativos, entre otros, que intentan reducir la probabilidad de ocurrencia de eventos que comprometan vidas, bienes públicos y privados, ecosistemas y estabilidad político-administrativa del entorno social. Se trata de políticas públicas, así como de acciones sociales o privadas encaminadas hacia los siguientes objetivos: Prevención, mitigación, preparación, alerta, atención, rehabilitación, restauración o recuperación”. 

A finales del mes de setiembre de 2021, el Periódico El Espectador publicó un artículo donde se registraba el estado de las vías en el país, cuando todavía no se había iniciado la temporada de fuertes lluvias usuales en la zona andina. Para el Departamento de Antioquia dicho artículo señalaba que entre las vías concesionadas por la Agencia Nacional de Infraestructura – ANI más afectadas por deslizamientos de laderas y otros procesos relacionados con la hidrología, se encontraban: La carretera Primavera – La Pintada (la carretera por el Alto de Minas), la Troncal del Café entre Amagá y Bolombolo y la carretera al Mar entre Santafé de Antioquia y Mutatá (precisiones agregadas por el autor de estas líneas). Lo señalado por El Espectador coincide con lo que está sucediendo en el suroeste antioqueño durante la actual temporada invernal (https://www.elespectador.com/economia/los-estragos-de-las-lluvias-en-la infraestructura/).  

El Cambio Climático que hoy enfrenta nuestro planeta, en especial a un país tropical y montañoso, como lo es Colombia, predispone cada vez más a la población y a la infraestructura a graves riesgos, relacionados, entre otros, con deslizamientos, avenidas torrenciales e inundaciones, que comprometen la vida de sus habitantes, y la infraestructura y el mismo desarrollo nacional. Ante esta seria amenaza, se exigen cada vez mayores esfuerzos y acciones de los gobiernos nacional y regional  que deben ser extendidos, entre otros, hacia la conservación de la infraestructura vial esencial para la seguridad nacional.[JHLA1]  Si a la creciente inflación por alimentos que afronta el país, le sumamos los sobrecostos derivados de la precaria operación de la red vial, vamos seguros hacia una crisis alimentaria, y consecuentemente a nuevos y más graves estallidos sociales.  

La actual emergencia vial sorprende a un país desprevenido, sin la institucionalidad adecuada para la prevención de desastres y con una infraestructura la más vulnerable. La naturaleza siempre cobra la imprevisión, y los ingenieros estamos obligados a la más rigurosa autocrítica y demandas a los entes gubernamentales, que permitan poner en ejecución un muy bien estructurado plan de prevención y conservación de la red vial nacional, cuyas bases me propongo esbozar a continuación. 

Un plan de la prevención y conservación que permita definir políticas públicas rectoras y obligatorias para la planeación de las obras de infraestructura y de asentamientos de la población, así como de las acciones preventivas y de mitigación. Invertir en diseños y en acciones preventivas de la red vial nacional y regional es garantía de tener obras de alta calidad que impulsen el desarrollo del campo colombiano, además de significar ahorros en el mediano y largo plazos en el mantenimiento de las carreteras. 

Fundamentalmente, el plan que reclama el pías debe iniciarse con  la revisión por parte de  expertos ingenieros geólogos, geotecnias e hidrólogos de la red vial existente y en construcción, revisión concentrada  en la evaluación de las amenazas y riegos relacionados con: deslizamientos, activos y/o potenciales, de los taludes de lcorte, caídas de rocas sobre la vía, deslizamientos, activos y/o potenciales, de las laderas por encima de los mismos taludes, deslizamientos, activos y/o potenciales, en las laderas por debajo de la vía, pobre calidad geotécnica de los suelos que conforman la subrasante de la vía, socavación de orillas que pueda llegar a amenazar la banca de la vía, avenidas torrenciales que puedan poner en riesgo las obras de cruce (puentes y pontones).  

Como resultado del trabajo de revisión y evaluación que estamos proponiendo, se dispondrá de un modelo de predicción de riesgos por movimientos de masa (deslizamientos) y avenidas torrenciales para obras viales, así como un manual-guía para la Gestión del Riesgo relacionado con procesos naturales y/o antrópicos. En una segunda etapa se procederá con el montaje de un sistema de información geográfico para la operación del modelo de zonificación de amenazas y riegos, así como de un manual de gestión de riesgos. 

Durante el Primer Seminario de la Gestión del Riesgos en Proyectos de Ingeniería y Arquitectura, celebrado por la Sociedad Antioqueña de Ingenieros y Arquitectos-SAI en marzo del 2019, con el reconocido geólogo el profesor Humberto Caballero presentamos  un modelo para evaluar amenazas y riesgos para la red vial nacional, sirviera para empezar a diseñar políticas públicas de la gestión del riesgo, que vayan más allá de la atención de desastres, una “ingeniería forense”, que es a lo que se han limitado los entes nacionales y regionales encargados de la atención y prevención (¿?) de desastres   (https://www.elmundo.com/noticia/La-gestion-del-riesgo-en-el-Plan-Nacional-de-Desarrollo/376058). 

P.S. En las memorias del Primer Seminario de la Gestión del Riesgos en Proyectos de Ingeniería y Arquitectura, publicadas por la SAI, se podrá encontrar el referido modelo para evaluar amenazas y riesgos.