Orgullo de región que se pone en marcha

Por @ColombianosConPinzón

Amanece en el norte del Valle de Aburrá. El sol apenas toca las montañas y ya se escucha el primer motor encenderse. Son las voces del pueblo, las del que madruga a trabajar, del que no pide nada regalado, pero exige algo sagrado: respeto.

Este 30 de noviembre los ciudadanos saldrán a las calles no por un partido, no por un favor, sino por algo más profundo: la libertad de elegir su destino.

En un país donde tantos quieren imponerle a la gente por quién votar, cómo pensar, a quién temer y a quién seguir, hay regiones que resisten. Que no se arrodillan. Que no negocian su dignidad. El Norte del Valle de Aburrá es una de ellas.

¿Y por qué nos movilizamos? Porque creemos que es hora de que gobierne alguien que represente lo mejor de nosotros. Alguien con carácter, con preparación, con amor verdadero por Colombia. Marchamos porque no queremos improvisaciones ni caudillos de redes sociales. Porque sabemos que un país serio necesita un liderazgo a su altura. Por eso cada vez más colombianos miran con esperanza a Juan Carlos Pinzón Bueno.

Pinzón no viene a decir lo que la gente quiere oír. Viene a hacer lo que el país necesita. Y esa sinceridad, ese tono firme, ese pasado limpio, ha despertado algo que creíamos dormido: la confianza en que sí hay otra forma de hacer política.

Esta caravana es mucho más que una actividad. Es el símbolo de una ciudadanía despierta. Es una voz colectiva que dice: “no vamos a esperar a que nos lo ordenen desde arriba, vamos a movernos desde abajo”. Es un acto de libertad.

Porque en tiempos oscuros, organizarse también es rebelarse. Y cuando un pueblo se mueve por voluntad propia, sin miedos ni clientelismos, ningún poder lo detiene.

Así que la pregunta es simple:

¿Vas a mirar desde la ventana o vas a ser parte de la historia?

Este 30 de noviembre, el Norte no sólo se mueve. El Norte se pronuncia. Y dice fuerte y claro: ¡Pinzón presidente! (Publicidad política).