
Por Carlos Mario Restrepo Tamayo
Es Colombia la que está en juego. Creo que estamos pasados de tiempo para seleccionar nuestro gran líder y escoger nuestro candidato fuerte para competir en las próximas elecciones presidenciales y derrotar el movimiento socialista liderado por Gustavo Petro. No es el momento de seguir lanzando y multiplicando candidatos y candidaturas bajo el paraguas incoloro e insaboro del tal movimiento de CENTRO.
La reciente encuesta de Invamer publicada por los diferentes medios de comunicación ha suscitado toda clase de comentarios. Lo más chistoso, por decir lo menos, es que al final pareciera que ninguno sale perdiendo y que todos en forma increíble dizque salen ganando. Doctores tiene la santa madre iglesia.
Dicen que no se debe creer en las encuestas, eso dicen aquellos, sobre todo cuando estas no resultan muy favorables a los intereses del analista de turno. Pero algo de verdad tendrán. Alvaro Gómez Hurtado decía: «Las encuestas son como las morcillas: buenas en el plato, pero nadie quiere ver cómo se preparan».
Para algunos analistas, a quienes no les va nada bien con sus pupilos o simpatizantes en esta encuesta dicen que no hay que creer en ellas porque falta demasiado tiempo (que tal menos de un año) para las elecciones y para otros como a muchos políticos de carrera, esta encuesta los ha puesto a buscar reacomodo en aquellos grupos que empiezan a marcar alguna diferencia como es el tal llamado «CENTRO «
Ahora resulta que los llamados extremos en nuestra política criolla, llámese de derecha o de izquierda, son los malos del paseo. Nadie aparentemente quiere juntarse ni contaminarse con ellos, resultan tóxicos a muchas campañas y candidaturas. Ahora resulta que defender la democracia, nuestro estado de derecho, nuestras fuerzas militares, la propiedad privada y los principios y valores familiares está OUT, es cursi, demerita al candidato y a su campaña… y esa es la gran equivocación. Lo que está llamado a recoger son las candidaturas flojas, sin respaldo y sin programas, limitándose, a atacar al nefasto gobierno de Gustavo Petro, hecho que ya todos conocemos. Lo que necesitamos es hablar del post Petro como la mejor fórmula para derrotarlo
Pero lo más grave del cuento es el nacimiento o fortalecimiento del grupo llamado de CENTRO que se está poniendo de moda, que no es aparentemente ni CHICHA NI LIMONA, que más bien parece una CAJA DE PANDORA donde todos caben y donde todos quieren colarse y camuflar sus verdaderos compromisos, intereses e ideologías políticas, en su gran mayoría hoy x hoy simpatizantes del SANTO PETRISMO, el peor cáncer de nuestros tiempos y el mayor nido de corrupción.
Hablemos claro. Qué es el CENTRO, eso con qué se come, cuál es su personería jurídica, si tiene reconocimiento como partido político. Lo más simpático es que sin acabar de nacer y ya tiene disidencias y ramificaciones. Me basta con citar algunas: Centro Izquierda, Centro gaseoso, Centro con Carácter, Centro de derecha y otros tantos centros más…
Ninguno de los candidatos defensores de la institucionalidad y la democracia se quieren bajar del bus. Ninguno quiere renunciar a sus aspiraciones individuales de ser el próximo presidente de la República y lo grave es que siguen llegando al partidor más y más candidaturas colándose por la tal llamada figura política de CENTRO.
La única verdad es que el calor no está en las cobijas, ni por madrugar más amanecerá más temprano, como decían los viejos. Ni por declararse de Centro en cualquiera de las variables conocidas y por conocer se va a derrotar al movimiento agazapado del Santo Petrismo que esta más fuerte que nunca con un 30% de favorabilidad asegurado y con la mermelada suficiente para corromper otro 10 % y así las cuentas, los demás divididos en más de 50 candidatos, sin ningún programa de gobierno serio, sólido y en sintonía con la gran masa electoral estarán viendo frustradas sus posibilidades de éxito en la próxima contienda electoral y el gran perdedor será nuestra querida Colombia, víctima de los eternos EGOS Y NARCISISMOS políticos que tanto daño nos han hecho.
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