Por Claudia Posada
La jornada electoral celebrada en Chile este domingo 16 de noviembre para elegir al próximo presidente de ese país, en la cual ninguno de los candidatos sacó más del 50% de los votos, se constituye en una primera vuelta con el triunfo de la representante del Partido Comunista Jeannette Jara (Unidad por Chile) con el 26,85% seguida por el candidato de ultraderecha José Antonio Kast (Partido Republicano) con el 23,92% de la votación; así que serán ellos dos quienes irán a la segunda vuelta, o segunda ronda como dicen allí. Franco Parisi Fernández (Partido de la Gente) quien obtuvo la tercera votación con el 19,71% (muy cerca del segundo) es ahora el político a quienes miran en espera de que tal vez manifieste el apoyo para que sus votantes se decidan por alguno de los contendores a enfrentarse en las elecciones definitivas del 14 de diciembre; así como ambos, Jara y Kast, esperan adhesiones de los candidatos que quedaron en el cuarto y quinto lugar según los resultados, y los votos de sus seguidores. Siendo para Parisi Fernández un tercer intento por alcanzar las mayorías del electorado chileno, sorprendió la votación obtenida pues en las anteriores postulaciones no había estado tan cerca de los dos primeros; esta vez, con un lema de campaña muy sonoro: “Chile no es facho ni comunacho” claramente alusivo al radical de la derecha Kast y a la candidata de la izquierda Jeannette Jara; ella, no es señalada comunista por el electorado o por la oposición con afán de ofenderla o de imponer una etiqueta “demoníaca” que espante aterrorizados a los ciudadanos, como es el caso colombiano con respecto al mandatario del Ejecutivo; no, la señora Jara pertenece al Partido Comunista y se presenta como tal. Gustavo Petro, por su parte, se nombre a sí mismo como de la izquierda progresista, sin lograr que los colombianos, o incluso analistas en el exterior, podamos situarlo en un partido o ideología muy precisa, lo que es aprovechado por la oposición. Petro fue llevado al poder por una coalición de partidos de izquierda, sí, pero mirando nada más quiénes fueron sus primeros ministros de carteras como Hacienda o Salud, es difícil entender o encasillar sus políticas de gobierno en una ideología concreta; e incluso, hasta podría entenderse cómo lo ven en la oposición cuando lo señalan de gobernante errático. Y no se trata de creer que sus discursos vayan de aquí para allá, entre poéticos, históricos, filosóficos y no pocas veces muy directos y fuertes, como consecuencia de lo que ingiere antes de pronunciarlos, tales aseveraciones, como otras semejantes, con más ruindad que “amor patrio”, no pueden ser admitidas sin demostrar. Mas bien es que no todos los días son iguales, mucho depende frente a quienes estamos, qué ha pasado y qué emociones nos inspiran; comprensible además en quienes enfrentan tan altas y complejas responsabilidades, máxime si es necesario llevar a distintos escenarios del país y de la sociedad internacional, frente a distintos sectores y comunidades, la exposición de políticas específicas por determinadas situaciones, realizaciones -que las hay- y, desde luego, las frustraciones.
Al mencionar frustraciones, esto nos remite de inmediato el quehacer del presidente Petro frente al poder Legislativo. En todo relacionamiento del gobierno nacional con los congresistas, es sabido que estos se mueven según sus propios intereses, los intereses de su partido, o del gobernante de turno si a él apoyan por una u otra razón; como sabido es también que, al actual mandatario de los colombianos le ha sido muy difícil sacar adelante sus anhelos y promesas, particularmente los de corte social y económico, en buena parte por su mismo estilo apartado de posturas “políticamente correctas”, lo que con cierta arrogancia algunos llaman “irrespeto por la independencia de las ramas de los poderes públicos” o “irrespeto por las instituciones”. Solicitudes de favores burocráticos (“mermelada”) concesiones exigidas según el lobby que es de tan buen recibo y acatamiento -desde siempre- por parte de los legisladores, maniobras y marrullas, son lo que diariamente deben torear los presidentes de turno o sus representantes, la gran mayoría de las veces con muy buenos resultados; pero para Petro en cambio han significado más frustraciones que triunfos. Lo cierto es que, en su balance, sus logros son muchos más por voluntad y trabajo propios, y de algunos de sus mejores colaboradores, que los que puedan atribuirse al Congreso colombiano. Cabe señalar que al fin y al cabo el poder legislativo obedece en gran parte a las presiones o también por acuerdos de las bancadas con sus jefes políticos o directores de partidos. En ese sentido el estudio, análisis o ajustes a los proyectos de ley presentados por el gobierno actual, han sido más una herramienta de ataque que aportes al bienestar de los colombianos. Y en Colombia la oposición hace muy bien la tarea, a su manera, según tácticas estratégicas.
A propósito de favores burocráticos, no da ni rabia el debate acaloradísimo que se ha dado por el “casi” nombramiento de la joven Juliana Guerrero como viceministra de Juventudes, queja emprendida por algunas congresistas, entre ellas Jennifer Pedraza, quienes denunciaron -y eso está bien- que la aspirante al alto cargo no reúne los requisitos exigidos, además, tal parece que su hoja de vida anota títulos que no ha obtenido. Lo malo no está pues en alertar sobre una gestión sin duda incorrecta, desatinada, sino en que el escandalo ha trascendido como un caso excepcional que apenas si se viene a presentar ahora y justamente en este mandato. Chanchullos por montones ha habido por el estilo y no solamente en gobiernos nacionales, también abundan en gobiernos seccionales y locales de todas las épocas. “Ve, nombrarme por allá en alguna dependencia de las tuyas, a una cuñadita muy perezosa que no le ha gustado estudiar, y yo te nombro aquí en alguna cosita bien buena a tu sobrino”. Y después en sus discursos de campaña prometen (otra vez) que van a posibilitar oportunidades para los jóvenes juiciosos, profesionales, técnicos y tecnólogos que con esfuerzos de sus padres o recurriendo a préstamos, han estudiado con sacrificios, se han preparado para servirle a la sociedad y formar bien una familia, pero que necesitan oportunidades y el impulso primero que les han negado. Lo dicen así en público y se quedan muy serios, para después burlarse a solas de los pobres esperanzados que les creen sus embustes y payasadas.


Más historias
Crónica # 1250 del maestro Gardeazábal: Encuesta uribista nació muerta
¡Paremos ya la crueldad animal!
Bolívar genio de América