28 marzo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

No solo en las UCI se libra la batalla

Por Misael Cadavid MD  

La carrera contra el virus que causa el COVID-19 dio un nuevo giro: las mutaciones aparecen rápidamente y cuanto más tiempo se tarde en vacunar, mayor probabilidad hay de que surja una variante que pueda eludir las pruebas, los tratamientos y las inmunizaciones actuales. 

El coronavirus se está volviendo más diverso genéticamente, hasta la fecha se han reportado 198 mutaciones genómicas y los científicos de la salud afirman que la alta tasa de nuevos casos es la razón principal. 

Cada nueva infección le da al patógeno la oportunidad de mutar mientras hace copias de sí mismo, amenazando con dar al traste con el progreso logrado hasta ahora para controlar la pandemia. 

Las tres cepas que circulan mundialmente (inglesa, brasilera y la sudafricana) aunque no causan síntomas más graves, dará lugar a más hospitalizaciones y muertes porque se propaga mucho más fácil lo cual trae una nueva fase de crecimiento exponencial. 

A esto se le suma que la aparición de estas cepas podría evadir el mecanismo de funcionamiento de las vacunas y si podría obstaculizar el camino hacia la inmunidad de rebaño y posiblemente quien ya se haya contagiado por la cepa original, podría infectarse con una variante nueva. 

Hasta ahora, las vacunas parecen seguir siendo eficaces, pero hay indicios de que algunas de las nuevas mutaciones pueden socavar las pruebas del virus y reducir la efectividad de los fármacos con anticuerpos como tratamientos, algunos estudios han demostrado que las nuevas cepas del coronavirus son algo más resistentes a la vacuna que la cepa original con una reducción de la efectividad hasta 10 veces. 

Es además preocupante que el virus pueda “ tropezar con una mutación” que lo haga más peligroso, lo cual evidentemente traería consigo una estela de mayor mortalidad. 

Ahora bien, las personas más jóvenes pueden ser más renuentes a usar mascarillas, evitar las multitudes y a tomar otras medidas para prevenir la infección porque la cepa actual no parece enfermarlos mucho, pero otro cambio mutacional, podría hacerlo. 

Es normal que los virus adquieran pequeños cambios o mutaciones en su alfabeto genético a medida que se reproducen, lo que es un azar es si esos cambios mutacionales sean para aumentar la peligrosidad del virus o por el contrario para hacerlos más tenues. 

En marzo de 2020, solo un par de meses después de que se descubriera el coronavirus en China, surgió una mutación llamada D614G, que puede haber impulsado su propagación; pronto se convirtió en la versión dominante en el mundo. 

Ahora, después de algunas semanas de relativa calma, hemos comenzado a ver una evolución sorprendente del virus. El hecho de que hayamos observado tres variantes que emergen desde septiembre pasado sugiere que es posible que haya más en el futuro. 

Estamos pues ante un galimatías, la batalla para combatir el Covid no solo se libra en las UCIS, la batalla más dura será en los laboratorios, lo positivo es que la tecnología empleada hoy en las vacunas permite cambiar en cuestión de semanas y de manera más fácil que antes, utilizando tecnología molecular, la composición de las vacunas y de esta manera tener un nuevo arsenal para combatir las nuevas formas de este letal virus y seguir avanzando concomitantemente con la búsqueda de un antiviral efectivo, lo negativo es que continuaremos viendo ríos de muertos antes que esto suceda.