28 marzo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

¡Ni los unos, ni los otros!

Por Hernán Giraldo Trujillo 

Comunicador Social Periodista y abogado 

El dilema Kantiano, no es el tipo de ideología que gobierna el mundo, enfrentados irreconciliablemente con odio y luchas de poder. 

La derecha que predica la igualdad, la libertad y un estado fuerte y justo, desapareció hace mucho tiempo. Ahora las derechas están inspiradas por el liberalismo Keynesiano acumulador de riqueza, que lo ha conducido hasta el capitalismo salvaje. 

O sea, unos pocos concentradores del dinero, y la gran mayoría sumidas en la pobreza, lo que llamamos inequidad social. 

Ahora bien, las viejas estructuras comunistas ya desaparecieron en el mundo, salvo regímenes sobrevivientes como Korea del norte y Cuba. 

Actualmente existen subsistemas políticos como el socialismo, la social democracia, los  partidos verdes, movimientos eclécticos, y otros con diferentes nombres, de acuerdo a las conveniencias políticas. 

Ni las derechas ofrecen cambios en la democracia, porque quieren conservar el statu quo, representada por políticos corruptos, negociantes del poder, manipuladores de opinión, que lo que quieren es detentar el poder que les otorga privilegios. 

Pues no es que la filosofía de las derechas sea buena o mala en sí mismas. Lo malo son los políticos que la utilizan para enriquecerse, y mantenerse desde arriba, para seguir explotando a los de abajo, y otra serie de descarados beneficios.  

Y los políticos que proponen a nombre de la izquierda o movimientos socialistas cambios estructurales en el manejo del estado con una «equitativa distribución de la riqueza», tampoco en su esencia se predica que sean buenos o sean malos.  

La respuesta es incierta porque igualmente pueden degenerar en sistemas arbitrarios como Venezuela y Nicaragua. O estilos de gobierno decentes, coherentes y serios como los que imprimieron José Mojica en Uruguay o Michelet Bachelet en Chile. 

Es una incertidumbre o un juego de azar. El problema no es tanto las ideologías sino el estilo de gobernar. Puede resultar un hombre honrado, como Mojica, pero también un bandido como Maduro. 

De modo que a veces la guerra entre bandos es apenas la reivindicación de las luchas por el poder y no la panacea de estados utópicos. 

Digamos entonces con este quiasmo lo siguiente: El capitalismo no reparte equitativamente la riqueza, expandiendo solo pobreza y el socialismo expande sólo pobreza, por acabar la riqueza.