Mujeres campesinas

Por Lucy Domínguez

Está asignado como Día de la Mujer Rural el 15 de octubre.

En la vida real cada día depende de ella, en esa finca campesina con olor al fogón de leña encendido en la cocina, a recuerdos, a conversaciones intimas de familia y aconteceres veredales. Las arepas amasadas con amor están armadas en número de acuerdo a cada miembro y alguna de más para cualquier visitante ocasional. Todos en casa dependen de ella, hasta la vaca con su ternero(a) en el potrero, las gallinas en el corral. El perro y el gato del momento pueden llamarse Capitán o Micifuz; son los guardianes de los afectos y la protección de todo ese pequeño paraíso adornado con flores y jardín perfectamente bien cuidados. La mujer de ese hogar tiene mente para todos ellos.

Y lo más importante tiene mente para su esposo, sus hijos y para su descendencia, a veces de paso, o acogida con buena hospitalidad.

Ella sabe de todos los remedios naturales aprendidos a fuerza de atender primeros auxilios en las urgencias del campo. Es decir, se hace experta en todo lo que a defender la vida, el bienestar y la alimentación de todos se refiere.

Cuando enferma, toda la parcela esta triste y la vereda toda sabe que ella deja un enorme vacío cuando se tiene que ir varios días al pueblo para su atención médica. 

Una pequeña repisa, o una banca de tabla no es lujosa pero esta impecable en la cocina. Allí esperan su esposo e hijos la comida sobre ese trozo de madera lavado y relavado que será único para los recuerdos.

Mientras tanto se habla de la vaca parida, del clima, del nuevo nacimiento de un bebe, de los quehaceres, dificultades de trabajo o de la buena cosecha del producto de la huerta que tiene ahora buen precio.

A veces, la mayoría de las veces los precios al vender la fruta, el café o lo vegetales de la huerta no compensan el trabajo realizado, pero esa mujer campesina se levantará al otro día dando alimentos, esperanza y fuerza a todo su emporio en el secreto de la montaña.

Son dichas y momentos vividos en el secreto del campo donde se preserva la naturaleza, los animales, el agua y los sueños que no cuestan nada, pero mantienen la esperanza.