19 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

¡Mira quién habla!

carlos alberto

Por Carlos Alberto Ospina M.

La desvergonzada memoria selectiva y el olvido voluntario de las atrocidades cometidas por los distintos actores armados son una especie de olla podrida y nauseabunda que, de vez en cuando, es obligación destapar para que esos renegados  bandidos dejen de creerse mejorana silvestre. Ningún olor agradable procede de la ilegalidad y la violencia. Hay que ver lo que hicieron Justicia y Paz, y la indulgente JEP.

Los brazos políticos de la extrema izquierda y de la derecha intentan encubrir las burlas, las mentiras, los incumplimientos y la falta de confesión de los delitos perpetrados a sabiendas que, muy pocos, pierden los beneficios jurídicos pactados en las leyes tipo sastre, a la medida y el corte, no de franela, de los grupos delincuenciales.

Bajo cuerda algunos desmovilizados, amnistiados, reincorporados y excombatientes lanzan cortinas de humo para hacerse los mártires y mostrar a la contraparte como el único responsable del conflicto armado. Para lograr el posicionamiento de la imagen, “pulcra y venerable”, adelantan diferentes estrategias mediáticas, ponen a chillar a los voceros de oficio y activan las bodegas de falsas noticias. Tiran la piedra y escoden la mano, buscando la compasión que, ellos, no tuvieron con las víctimas.

Al momento de iniciar los diálogos de La Habana los guerrilleros que fungieron como negociadores sumaban más de 340 órdenes de captura, medidas de aseguramiento y condenas que, a escasos meses de cumplirse cuatro años de la firma del acuerdo, la ideologizada Justicia Especial para la Paz, no ha aplicado penas alternativas ni efectivas en contra de los cabecillas de las Farc. Más bien, los magistrados de la JEP figurativamente pusieron las manos en el fuego para asegurar el salvoconducto y el posterior escape de Seuxis Pausias Hernández Solarte, alias Jesús Santrich. En este instante, el teatrero “ciego”, encabeza las disidencias de las Farc y provee narcóticos al Cartel de los Soles de Venezuela.

La ministra Alicia Arango Olmos, al estilo libre de un hábil peluquero trató de darle forma al nombramiento del nuevo Director de Víctimas de Ministerio del Interior, José Rodrigo Tovar Vélez, hijo del procesado Jorge 40, excomandante del Bloque Norte de las Autodefensas Unidas de Colombia, las siniestras AUC. El exjefe paramilitar cumple el próximo 9 de junio una condena a 16 años y seis meses en una prisión de Estados Unidos por el delito de narcotráfico. No obstante, la débil exposición que hizo la funcionaria para justificar la designación Tovar Vélez, aduciendo que “no hay delitos de sangre”, el fruto del confeso criminal mínimo debe salir salpicado de algún líquido pegajoso a consecuencia de las masacres, los desplazamientos, los chantajes y los más de 600 hechos delictivos ejecutados por su papá, Jorge 40. Al respecto, el presidente Duque no debe “gastar la pólvora en salvas”.

En protección de una moral que no conoce, el hoy senador Jorge Torres Victoria, apodado Pablo Catatumbo, muy contento de sí mismo, consiguió la eliminación de 41 órdenes de captura por secuestro, reclutamiento forzado, narcotráfico y delitos de lesa humanidad. Catatumbo también militó en el M-19, destruyó estaciones de policía y la infraestructura petrolera del país. Antes de las negociaciones con Juan Manuel Santos, el gobierno norteamericano ofrecía una recompensa de 2,5 millones de dólares por su captura. ¡Esa platica se perdió!

El prófugo Luciano Marín Arango, sobrenombre Iván Márquez, dictó lecciones de probidad durante el tiempo que encubría la retaguardia de las Farc y consolidaba las alianzas internacionales para la exportación de estupefacientes y el lavado de activos. El pésimo cantante de boleros, Márquez, tiene el record de 132 órdenes de captura, 28 condenas y 66 medidas de aseguramiento.

El presidente del partido político Farc, Rodrigo Londoño Echeverri, acostumbrado a cambiar de opinión, habla con propiedad de la indolencia, el genocidio y los asesinatos de líderes sociales. ¿Cuáles son las hojas de vida de los alias Timochenko y el mono Mancuso? No se alcanzan a leer, puesto que están manchadas de sangre.

Miles de guerrilleros y paramilitares han vulnerado el proceso de desmovilización y en especial, no han reparado a las víctimas del conflicto armado. Estos protagonistas de matanzas, desalojos, grupos sicariales y delitos de lesa humanidad, ahora son socios en el negocio de las drogas. Ellos sobresalen más en la comedia que en el drama. Por consiguiente, hay que medirlos con idéntica rigurosidad.