8 diciembre, 2025

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Mientras ellos maquinan, nosotros nos gozamos diciembre

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Por Claudia Posada 

Nosotros, como ciudadanos del común, entramos en la noche de las velitas en modo Navidad, no así los políticos activos para los que entre inscripciones de listas para Cámara alta (Congreso) y Cámara baja (Cámara de Representantes) hasta última hora están haciendo ajustes que satisfagan a todos (muy difícil) cuando se postulen, seguramente, los mismo con las mismas porque tienen la maquinaria y la burocracia que los siembra en las curules eternamente. ¡Bobitos no son! Tal vez en las listas de aspirantes a Congreso no habrá sorpresas; hasta algunos cuestionados vuelven, sin vergüenza alguna y … entran. Ya sabemos sus intereses, nada que coincida con las necesidades del pueblo colombiano. Desde siempre y por siempre sus posturas son y serán las que satisfagan las exigencias de los grupos de presión. Me gustaba mucho una expresión de quien fuera ministro ocho años, a pesar de sus dolencias de salud, del gabinete ministerial del expresidente Uribe Vélez: Andrés Uriel Gallego (Q.E.P. D.)  “A la Colombia profunda es a la que hay que servirle”.

Esa Colombia profunda sigue ilusionada; a ellos ha llagado en los más recientes años gestión gubernamental.  Cierto, la esperanza, nunca se pierde. Así se alimenta la resiliencia. No sé si hay otro país con tantas violencias de toda índole golpeando a los que son desplazados, ignorados y discriminados. Diciembre es alegría temporal para muchos, para otros, puro dolor agudizado por las carencias.  Llegará enero y con él nuevas ilusiones o angustias. Mientras tanto, los más concentrados en sus aspiraciones presidenciales estarán, sin descanso, refinando estrategias de campaña; no tendrán tiempo del disfrute en familia, de los sancochos, asados, tamales, natilla y buñuelos tradicionales. Es tiempo de los placeres del montón sin aspiraciones más allá del goce auténtico con los seres queridos, lejos de preocupaciones políticas. Es el desquite.

Allá ellos con lo suyo. Las peloteras y confrontaciones racionales o no, serenas o no, sensatas o no, entre las toldas y por fuera de ellas, se calmarán, cree uno, por allá después de las consultas que se vienen a principios del año venidero. Los potenciales electores estaremos atentos a promesas (difíciles de cumplir cuando ya, a la ahora del té, enfrenten oposiciones y realidades) que los discursos adoban con verdadero afán de cumplir, o con los sabidos embelecos que muchas veces nos tragamos.