25 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Medida inútil

Por Horacio Toro 

En el exceso de vehículos frente a la insuficiente disponibilidad de vías para que circulen, se resume el diagnóstico del problema de la movilidad en Medellín y en general de Colombia. 

Es tan simple que, por lo mismo, es a hoy, imposible de solucionar. Hacer vías es muy costoso y disminuir la oferta de vehículos es inviable. Entonces, estamos en un callejón sin salida y por lo tanto están llamadas al fracaso medidas como la del pico y placa para dos dígitos que entra a regir este lunes en el Valle de Aburrá.  

El alcalde Quintero sabe que va a fracasar y aún consciente de esto vende la idea de que como va a impedir que a diario se movilicen unos 378.000 automotores, va a soliviar en algo la movilidad y eso es efímeramente cierto, pero, después de dos o tres semanas las cosas volverán a como están hoy. No es catastrofismo, es que ya se ha hecho y ya ha fracasado y no hay ninguna razón para creer que esta vez sí va a funcionar.  

Su cogenere rola, Claudia López, más aventajada que él, no puso solamente a dos dígitos la inmovilidad diaria sino a cinco dígitos y pretende con esto mejorar la caótica capital de Colombia. 

Un dígito o dos o cinco da lo mismo, va a colapsar, está diseñado para que colapse. Los mandatarios que imponen esto lo saben, ya otros lo han hecho y han fracasado. ¿Por qué insisten? Algunos dirán que estamos en época electoral.  

Se entiende políticamente que ellos deben mostrar alguna gestión y que mejor que ejercer restricciones y maltrato a sus votantes con el fin de mostrarse como lo que no han sido hasta hoy: ¡¡¡ser unos buenos gobernantes!!! 

Ante las restricciones, las personas que pueden van a comprar otro carro, van a vender el que tienen y comprar dos de menor precio, ya ha pasado y va a volver a pasar, ellos lo saben. Ellos saben que esta medida va a fracasar, así como la de un dígito o el pico y placa ambiental. Son medidas que nacen muertas. 

El problema de la movilidad es más o menos así para que ustedes juzguen si tengo o no razón. En el Valle de Aburrá existen hoy más o menos 2 millones de automotores registrados, más unos 300 mil visitantes permanentes para un total de 2.3 millones entre camionetas, carros, camiones, buses, taxis, motos, etc, etc. 

Si pusiéramos todos estos esos vehículos al tiempo en las calles ocuparían algo así como siete millones de metros lineales. La malla vial de Medellín es de apenas 2.287.996 metros lineales. Esto le da capacidad para unos 763.000 vehículos, lo cual significa que el déficit está cerca de los 4.7 millones de metros lineales de vía para poderlos albergar a todos.  

Esa es la razón por la cual no va funcionar este pico y placa. Si usted tiene un déficit de almacenaje en las vías de unos 1.6 millones de vehículos le sirve de muy poco sacar 387.0000, eso sí, menos los que quieran pagar para ser excluidos en una clara muestra de inequidad y hasta de corrupción institucional. 

A manera de ejemplo, tenemos que solo entre el año 2020 y 2021 se registraron más automotores que los que habían registrado hasta el 2016. Contando apenas con los nuevos registros que hubo en Medellín, Envigado, Bello, Itagüí y Sabaneta se tiene que ingresaron 190.739 nuevos automotores, lo que se traduce en unas necesidades adicionales de aproximadamente 60 kilómetros lineales que no se construyeron.  

Para este 2022 las cosas pintan mejor que el 2021 para el sector automotriz y se espera que ingresen unos 140.000 nuevos automotores. Así no hay forma de que se arregle nada. 

¿Soluciones? Las costosas y demoradas muchas: vías subterráneas, viaductos, autopistas de segundo piso, uso del rio Medellín y a corto plazo se me ocurre hacer campañas de cultura ciudadana para evitar que las personas se movilicen, sino es estrictamente necesario, nada de tres, cuatro y hasta más carros en una sola casa, vivir cerca del trabajo, cambio de horarios de las dependencias gubernamentales y de los colegios y universidades, en fin, pedagogía y civismo, pero sugerirle a un camorrero como Quintero que todos los días gradúa un nuevo enemigo para que busque consenso ciudadano, es como pedirle peras al olmo.