@QuinteroCalle
Hay que decirlo con toda claridad. El convencimiento que hemos tenido de que Medellín en el país y en otras latitudes, es lo máximo en salud, con excelentes facultades de medicina, clúster de la salud con prestigio internacional y reconocidos éxitos científicos, hoy se está derrumbando. Pero no culpa de los profesionales de la salud, quienes son los verdaderos héroes, sino, por los tumbos de algunos gobernantes y dirigentes, que piensan más en sus propios intereses, que en los de la comunidad. Y ni que hablar, de los conocidos y reiterados escándalos de corrupción en el sector salud.
La actual situación crítica en nuestro departamento, de alerta roja por el Coronavirus, desnudó la realidad, que nos tiene sonrojados y socarronamente en otras regiones disque sienten un fresquito…
La verdad es que, en los primeros meses cuando inició la crisis del Coronavirus, los gobernantes locales, alcalde de Medellín y gobernador de Antioquia, lucieron sobradores, sacaron pecho, y miraron por encima del hombro al resto del país y a ciudades que tenían agravado el problema, como Leticia, Tumaco, Buenaventura, y muy especialmente a Bogotá, Barranquilla y Cali, entre otras.
Hoy es, al contrario. Medellín y Antioquia enfrentan una grave emergencia, aunque Aníbal Gaviria cuando salió encontró el rancho ardiendo. Hemos llegado al punto de tener que recurrir a la solidaridad de otras ciudades, algo impensable, porque nos tenían convencidos de que era al contrario.
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