
@Comfama
Por José María Dávila Román
La cuenta de X e Instagram Átomo Cartún (ver) denunció el tóxico ambiente laboral que viven varias personas y contratistas de Comfama.
El caricaturista deja en evidencia la incoherencia y doble moral que se vive al interior de la Caja de Compensación y que sufren varios de sus colaboradores.
De puertas para afuera, Comfama, en cabeza de su director, David Escobar, promueve el capitalismo consciente, la diversidad y el bienestar de las personas. Pero de puertas para adentro, como documenta Átomo Cartún, se ve lo contrario: exprimen laboralmente a la gente, el único pensamiento válido es el del director y amenazan permanentemente a los contratistas diciéndoles que no renovarán sus contratos si no conservan la “chispa” que no es otra cosa que trabajar en exceso.
Dentro los comentarios que reveló Átomo Cartún, enviados por personas que se sentían identificadas con la denuncia, se encuentra el de un docente que dijo haber pasado por una crisis psiquiátrica, que lo hacían sentir como un esclavo corporativo y que ahora, a pesar de ganar mucho menos dinero, había recuperado las ganas de vivir.
Otra persona que aún trabaja en Comfama y que dice no poder renunciar por la obligación que tiene con su familia, denunció estar depresiva y con el síndrome de burnout que se da por exceso de trabajo. En esa línea, otro extrabajador dijo sentirse “estallado, cansado, agobiado y enfermo”.
Otra extrabajadora dijo que renunció hace dos años a Comfama a quien catalogó de un “proyecto nefasto, violento y mentiroso” y otra persona dijo que le habían aplicado despido silencioso, es decir que la acosaban laboralmente para hacerla aburrir. Categóricamente afirmó “Comfama es una organización que te secuestra, estás muy mal, pero no te atreves a irte y soportas lo indecible”.
Otros denuncian que detrás de la promoción de la cultura, lo que realmente le importa a Comfama es fortalecerse política y económicamente y ponen de ejemplo el proyecto de Biosuroeste ubicado en el Suroeste antioqueño y que junto con el parque ecológico que plantearon hacer en esa zona, pretendieron deslegitimar al proyecto Quebradona con la excusa de defender el medioambiente y la regeneración, cuando realmente sus intereses eran económicos y de valorización de tierras como denuncia otro extrabajador.
La reflexión e invitación final de Átomo Cartún, es que la gente que trabaja en Comfama debe perder el miedo a tener estas conversaciones incómodas y que sus directivos reflexionen. No puede ser que pretendan mejorar la calidad de vida las personas con sus proyectos pero que no lo hagan con sus mismos empleados.
En eventos como el Hay Festival donde Comfama le gusta poner sobre la mesa conversaciones incómodas sobre minería, medioambiente, política, etc., debería ponerse en la palestra y tener una conversación incómoda sobre qué tan coherente está siendo la caja con su discurso magenta y las vivencias reales de varios de sus trabajadores que están al borde del colapso pero que no dan un paso al costado por miedo a perder su empleo. No se puede ser luz en la calle y oscuridad en la casa.





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