24 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Mala leche

carlos alberto

Por Carlos Alberto Ospina M. 

Nada de exótico brinda a la administración pública la presencia de una lesbiana u otro miembro de la comunidad LGTBI, hasta agregar la Z a esa sigla. La cuestión básica estriba en el talento y la idoneidad de cada quien. Las definiciones y las tendencias sexuales no están en directa relación con las ambigüedades políticas e ideológicas que, a gritos, algunos exhiben en función del estado de ánimo o del proyecto populista que ansían implementar.

La soberbia, la impulsividad y la petulancia de Claudia Nayibe López Hernández con lentitud la lanzan al fondo de las aguas turbias de las contradicciones. El tono campanudo y las invariables afectaciones gestuales pretenden ocultar la inhabilidad para manejar la crisis de la pandemia en la capital, y las ganas de fastidiar, a cualquiera que haga sombra a su perifoneo cacofónico al estilo de vendedor de la Central de Abastos.

Para, López Hernández, la Covid19 no tuvo origen en Wuhan-China, tras analizar la secuencia del genoma, la alcaldesa, llegó a la conclusión que el principio de todos los males que sufre Bogotá y la nación, provienen de Iván Duque Márquez. Al estilo de verdulera desarrapada, un día señala al presidente de pichicato (cicatero) “responsable directo de la eventual alerta roja en las Unidades de Cuidado Intensivo de la Capital”; y a la semana siguiente, a raíz de la entrega de 305 ventiladores, sostuvo que “…con esa entrega anticipada de ventiladores y la cultura ciudadana que todo el tiempo hay que hacer, creemos que a lo largo de estas semanas podemos mantener la situación bajo control como hasta ahora” (www.bogota.gov.co). Pura mala leche que indigesta.

El ministro de Salud y Protección Social, Fernando Ruiz Gómez, el 27 de mayo de 2020, envió una comunicación a Claudia Nayibe López Hernández, Asunto: Programación entrega de ventiladores DTS Bogotá, Radicado No.202023100771361. ¿Cuál es el objeto de la algarabía y el ventarrón por el hipotético incumplimiento? La respuesta concuerda con la carencia de evidencia moral de la mandataria capitalina que, al observar la mesura de Duque, pone en marcha el supuesto protocolo acordado, bajo cuerda, con facciones de la oposición para impedir el crecimiento de la imagen favorable del Primer Mandatario; así como boicotear el liderazgo y la gestión en tiempos de emergencia económica.

Nuevos interrogantes que surgen a la luz de los acontecimientos y las posiciones discordantes: ¿López Hernández anda en campaña política o haciendo el mandado a un violador de derechos humanos experto en embolsillarse fajos de billetes?  ¿Claudia Nayibe se purifica con el agua tibia del investigado exgobernador de Antioquia?  Sí, por cierto, que juegue a cartas vistas.

Según la doctorada en ciencias políticas, el presidente prevarica “porque los ventiladores están llegando a los velorios” (SIC). En seguida, Claudia López, culpa de irresponsable al gobierno por abrir distintos sectores de la economía, “aunque era necesario hacerlo” (SIC). Estampa la cadena de negaciones e improperios tildando al jefe del Estado de “miope, falto de visión y ordeñador de vacas… aunque la demanda de ventiladores es muy alta a nivel mundial” (SIC). Claudia Nayibe López Hernández arroja la piedra y esconde la mano con base en su habitual espíritu de contradicción.  

En ese mismo sentido, como primera autoridad del Distrito, acusó al órgano superior del poder ejecutivo y a la policía de ser los responsables de los altos índices de inseguridad en la capital del país. En su red social puso: “El incremento de atracos en Bogotá es inaceptable! Hoy 10%@PoliciaBogota está en vacaciones/licencias y 20% en cuarentena por Covid. Además, no nos reciben presos en cárceles nacionales. ¡He convocado Consejo de Seguridad conjunto con gobierno porque eso es insostenible! (@ClaudiaLopez). Los dardos duraron poco. Fue por lana y salió trasquilada. La dirección de la policía suspendió las vacaciones de los uniformados desde el comienzo del confinamiento obligatorio. Por lo demás, la responsabilidad de la seguridad de Bogotá incumbe a la acalorada alcaldesa que en octubre del año pasado dijo sin ruborizarse: “Lo primero que yo ofrezco es liderazgo personal. La jefatura de Policía no se puede delegar. Seré la jefe de Policía que haga temblar a los delincuentes” (Discurso Plaza Pública – Campaña 2019). Por tratar de demarcarse queda muy mal y le tiemblan las carnes en medio de la improvisación.

Claudia López no sabe trabajar en equipo. Dogmatiza, insulsa, regaña, impone, bravea, desacredita e infringe el mandato popular. De un lado para otro nombra funcionarios sin los requisitos académicos exigidos por la ley, disimula las incorrecciones y hace demagogia con la zozobra ciudadana. Su contenido discordante obedece a la deshonrosa agenda camuflada de un género agrio, no dúctil en el centro, ni en el argumento. En ese aspecto, aún no sale del clóset.