Por Francisco Becerra
El texto del Auto 2049 del 10 de diciembre de este año, en el cual la Corte Constitucional hace seguimiento al cumplimiento de la sentencia de tutela T-760 de 2008, debería ser de obligatoria lectura para todos los políticos y ciudadanos que tengan interés en el delicado tema de la salud pública de este país.
La Corte hace un recuento de todos sus pronunciamientos durante 17 años y señala lo que se ha cumplido, muy poco, por cierto, y lo que no se ha cumplido por parte de los distintos gobiernos para mejorar la prestación del servicio de salud.
El descaro del actual régimen petrista, al incumplir de manera sistemática todo lo ordenado por la Corte, llega sin duda al prevaricato por parte de los ministros, en especial del ya llamado “doctor Muerte”, Guillermo Alfonso Jaramillo.
Afortunadamente, en seis meses ese perverso personaje y su cuadrilla dejarán el poder y, con lo dicho en este auto de desacato, se les podrá iniciar acciones penales por las muertes evitables de miles de ciudadanos, causadas por la falta de medicamentos y de atención oportuna. No podrán alegar falta de recursos: en este auto la propia Corte demuestra que los ha tenido parqueados. Se trata, simplemente, de un capricho ideológico sistemático.
Lo veremos buscando asilo político para eludir su responsabilidad en la muerte de tantos colombianos.
Ocupará su lugar en la historia al lado de:
• Garavito, el asesino en serie de niños.
• Los torturadores y asesinos de las FARC.
• Los militares responsables de los falsos positivos.
En ese muro de la infamia estará la fea figura del doctor Muerte.
Ñapa: Por esperada que fuera la orden de detención en cárcel física de los exministros de Hacienda y Gobierno de Petro, sin duda es la demostración de que este es un gobierno de corruptos. Bien lo dijo Gustavo Francisco: “Yo no tengo una máquina para saber quién es corrupto”. Lo que sí tiene es una máquina de bandidos gobernando.
Ñapita: Hace años no estaba tan sabroso el bochinche en el parque Caldas de Popayán, con la enchuspada de chuspas. ¡Cosa bruta!
Ñaputa: Bella la lúdica danza del trencito de Carlos Ramón González, “el auto prófugo”, moviendo las caderas detrás del encargado “del negocio” en Nicaragua.
La diplomacia impune de nuestra bella y cadenciosa canciller Villavicencio está haciendo historia.
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