10 noviembre, 2025

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Los susurros de Kico Becerra

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Francisco Becerra

Por Francisco Becerra 

Que el “viajero alucinado” Petro diga y escriba, con gran desfachatez, que no dará viabilidad —durante el medio año que le queda de desgobierno— al llamado Tren de Cercanías del Valle del Cauca, porque algunos parlamentarios de la región no votaron su reforma tributaria, es una bellaquería típica de su talante y una estupidez política.

Para quienes no son de la región:  ese tren es un proyecto que lleva casi diez años de maduración, impulsado por el sector privado y respaldado por los gobiernos territoriales.  Además, ha contado con cooperación internacional de varios gobiernos europeos.  Por tratarse de una especie de metro que unirá varios municipios, en virtud de la llamada “Ley de Metros”, el proyecto requiere el respaldo del Gobierno Nacional.

Como la Gobernadora del Valle y el alcalde de Cali no son afectos políticamente al partido del presidente:  el Ejecutivo nacional decide no apoyar con vigencias futuras —que, en todo caso, debería gestionar el próximo gobierno en 2028— esta obra de desarrollo regional.

Una estupidez política, porque este tren será la bandera y el compromiso inevitable con la comunidad vallecaucana de todos los candidatos a los cuerpos colegiados y a la Presidencia.  No me extrañaría que incluso Cepeda salga a decir que lo apoyará; al final, este retraso —fruto de la mezquindad y la mendacidad típicas del régimen petrista— servirá para que el gobierno que llega en pocos meses le dé un gran impulso al tren de cercanías.

Por fortuna:  la Gobernadora y los alcaldes han garantizado sus aportes locales, lo que permitirá adelantar trabajos mientras contamos los días para que cese esta horrible noche que estamos padeciendo.

Ñapa:  No deja de ser paradójico que sea Petro —quien siempre ha recibido apoyo popular en el Valle— el que ahora se atraviese a una obra que beneficiaría precisamente a Jamundí y Cali, dos de sus grandes fortines electorales.

Ñaputa:  A quienes, cegados por su idolatría petrista, dicen que no se dio viabilidad para evitar que se robaran los dineros, les reitero:  solo en 2028 —cuando ya no estarán ninguno de los actuales gobernantes— se iniciaría la adjudicación de obras.  No sean majaderos.

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