Por Francisco Becerra
Mientras Trump y Petro juegan al: “A que te cojo, ratón; a que no, gato gordo y pelucón”, se empiezan a sentir las consecuencias de esta guerra verbal entre dos iluminates.
Por un lado, el bombardeo real de lanchas que se supone llevan narcóticos —nadie ha visto lo que llevaban porque quedan pulverizadas—, y por el otro, el congelamiento de la ayuda gringa a las Fuerzas Militares y de Policía colombianas. Entre estas ayudas está el sistema de protección antidrones de la Casa de Nariño, donde habita Petro.
Parece una pelea de infantes maleducados, en la cual se sabe quién es el ganador. Basta con ver el tamaño de los contrincantes para acertar sin duda, agregado a que lo que dice el pelucón tiene poder destructor inmediato y lo que dice el ratón ojibrotado ni siquiera se escucha.
Por fortuna, aún no hay sanciones por medio de aranceles, lo que sería catastrófico en este momento de la economía. Esperemos que los asesores del loco mayor no permitan que cometa ese error.
En Colombia, el despelote del desgobierno aumenta. Echan a un viceministro en medio de un Consejo de Ministros, después de haber echado al director general de la Policía en plena transmisión por radio y televisión.
Menos mal, se tiene que ir el “enano perverso” de Montealegre, por ponerse a pelear e insultar al Procurador. La verdad es que o renunciaba o el Senado lo tumbaba mediante una moción de censura que sin duda prosperaría con el apoyo del Procurador y Benedetti.
Montealegre es un resentido con ínfulas de jurista alemán. Mala persona reconocida, mal abogado y sin ninguna ética profesional. Por eso sigue con millonarios contratos con el gobierno, usando de testaferra a la firma de su esposa. Además, desleal: hizo firmar a los ministros el llamado “decretazo” y él no lo firmó; lo mismo está haciendo con la inconstitucional Constituyente popular, dejando al gobierno colgado de la brocha y con sanciones penales y disciplinarias.
Bien ido este funesto personaje de novela de terror.
Ñapa: Pulverizando lanchas con misiles no van a tumbar a Maduro ni al cartel de los soles. Eso está llevando a los gringos a una inevitable entrada a territorio venezolano, lo que sería una declaratoria de guerra que el Congreso de USA no quiere autorizar.
Me atrevo a pronosticar que el gordo Maduro y Diosdado festejarán Año Nuevo en el poder.
Ñapita: La metida de Petro, su familia y Benedetti a la lista Clinton los va a joder en el sistema bancario mundial: no podrán hacer ninguna operación financiera. Deberán recurrir a testaferros para manejar sus recursos.
Ñaputa: ¿El Banco Agrario, único banco del gobierno, les mantendrá las cuentas y los créditos a los Petros y a Benedetti? Lo pregunto porque hasta hoy es uno de los bancos más estrictos con ese tema. (Opinión).
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