Los Susurros de Kico Becerra

Por Francisco Becerra 

Tristeza, rabia, solidaridad, dolor de patria, sentí cuando conocí del fallecimiento de Miguel Uribe Turbay.

Como lo dije al momento de su atentado, no fui amigo de Miguel, pero fui cercano a su madre, Diana, y aún siento gran tristeza cuando la evoco y recuerdo su absurdo final, causado por los delirantes asesinos de la insurgencia.

Tengo en mi retina la imagen del expresidente Julio César Turbay y de Nidia Quintero, acariciando el rostro de Diana en su ataúd.

Ahora nos tocará ver la imagen de la señora de Miguel, de su pequeño hijo y de sus tres hijas, despidiendo a ese joven padre, cuyo único pecado fue el de querer servir a Colombia.

Ahora siento rabia al presumir que este crimen también quedará impune y solo condenarán a los autores materiales, uno menor de edad que saldrá pronto de la cárcel para seguir matando.

Se hace prioridad nacional que se sepa con toda certeza qué hizo el alto gobierno, con Petro a la cabeza, durante su sospechoso viaje a Manta, Ecuador, días antes del magnicidio. Ese manto de duda, de las conversaciones con quienes, hay pistas, fueron inspiradores del atentado, no puede quedarse en el aire.

Amargura infinita me dio tener que explicarle a mi nieto lo inexplicable de por qué mataron a Miguel y por qué su hijo no va a disfrutar de su papá.  Yo, que llegué a pensar que esta generación no iba a vivir magnicidios políticos, sinceramente creí que eso sería parte de una triste historia del pasado.

Me enerva la razón que los que ahora dicen que no se puede hacer uso político de este vil asesinato, cuando ellos, en el reciente pasado, hicieron fiesta con otros crímenes y acusaron a los gobiernos de la época de muertes, con más atenuantes que este atentado.

Para mí y muchos colombianos, hasta que no se demuestre lo contrario, este gobierno es el primer responsable de la muerte de Uribe Turbay. Muy sospechoso que la Agencia Nacional de Protección, dirigida por un íntimo del presidente, haya tenido tan poco personal protegiendo a ese candidato presidencial. Por algo semejante condenaron a Masa Márquez por el crimen de Galán.

No le va a ser fácil a este gobierno quitarse esa responsabilidad, ni la de los 200 líderes sociales muertos en el gobierno de la paz social este año. Muchos viajes a las galaxias, guerras con Perú y protección a Maduro tendrá que inventarse todos los días en sus aburridos discursos para que los colombianos olvidemos a quien, por acción u omisión, es el causante de estos aberrantes asesinatos.

Ñapa: Los colombianos de buenos sentimientos, que somos la mayoría, estamos solidarios con la familia de Miguel Uribe, con su valerosa esposa, sus hijos, su padre y hermanos. Fortaleza en estos momentos.

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