
Por Francisco Becerra
Si de algo nos sentimos orgullosos los colombianos es de nuestros médicos, que son reconocidos en el mundo por su gran calidad científica y humana. Es de todos conocida la cantidad de personas que vienen a Colombia para recibir tratamientos médicos.
Nuestros médicos tienen que prepararse largos años y hacer muchos sacrificios para recibir sus títulos. No son ningunos hijos de millonarios. Por el contrario, la mayoría de médicos que conozco son personas que hicieron muchos sacrificios para poder estudiar. Muchas familias se endeudaron para que sus hijos lograran ser médicos.
Nada más injusto que las palabras ofensivas y difamatorias que Petro pronunció contra nuestros médicos, acusándolos de indolentes hijos de rico que solo van a tomar tinto en el exclusivo parque de la 93 en Bogotá.
Aunque no nos debería causar sorpresa todo el sartal de estupideces que dice el presidente cada vez que habla bajo el efecto de quién sabe qué menjurje se haya metido, el improperio contra nuestros médicos no se puede dejar pasar sin repudiarlo.
Lo francamente más absurdo es que, cuando nuestro patético presidente se sobrepasa en sus vicios alucinógenos, recurre a la clínica más exclusiva de Bogotá para que esos médicos “indolentes hijos de rico” lo curen. Otra de sus permanentes incoherencias.
“La cabra tira para el monte”, dice el adagio popular. Por eso tampoco es de extrañar que Petro se sienta mejor en una tarima llena de bandidos sacados de las cárceles para adornar a su grupo de ministros y aduladores. Su vida ha sido entre bandidos, por eso los llevó al gobierno a robar, y lo han hecho bien robando. Basta ver lo que está pasando en todo su gobierno, donde cada día su propia fiscal les mete presos a sus íntimos amigos y cómplices.
Ñapa: Mucho pesar me dio ver la foto de todos los bandidos de Antioquia y, entre ellos, al Ministro de Defensa. Un general de la Fuerza Aérea, condecorado por perseguir a los delincuentes, en una foto con lo más selecto de los presos por asesinato, extorsión y robo. Completaban esa imagen los sindicados Benedetti y el exalcalde de Medellín, conocido con el alias de “Pinturita”. Qué edificante fotografía para tener en la oficina del presidente.
Ñapita: Más de 50 soldados “secuestrados”, según palabras del gobierno, sin poder defenderse por orden del presidente, a pesar de estar armados hasta los dientes, son la mayor demostración del estado de postración en el que están las Fuerzas Armadas. Da mucho coraje ver la humillación a que este gobierno somete a los soldados de la patria.
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