
Por Francisco Becerra
Todos sabíamos que al gobernar por X, tarde o temprano, se cometería un monumental error que causaría tremendos daños al país.
Llevamos dos largos años leyendo chats con todo tipo de horrores de ortografía y camorras con políticos, periodistas y ciudadanos. Eso se volvió parte del folclor nacional: ¿Qué imbecilidad escribió ahora el loquito del Palacio de Nariño?
En general, como nos acostumbró a que se dice mucho por X y nada por decretos o acciones de gobierno, la tendencia se convirtió en saber que lo que se dice en X es una botadera de corriente de Petro, que normalmente más adelante dirá lo contrario y no pasará nada.
Hasta que llegó el día de la gran embarrada: por X ordenó que no recibieran a los colombianos deportados de EE. UU.
¡Ahí fue Troya!
Trump, que es otro frenético con verdadero poder, de inmediato le contestó suspendiendo la expedición de visas, poniendo aranceles a las exportaciones colombianas y quitando algunos visados a funcionarios cercanos a Petro. (Nos jodimos; tenemos que quedarnos con Bolívar para siempre).
Todo esto por un X emitido sin meditar y sin consultar las consecuencias. Claro que me dirán: tranquilo, que tenemos a la Canciller Laura Primera de Petrovía, experta en manejar la locura de Benedetti y de su compadre Gustavo Francisco. Si maneja a ese par de desquiciados, puede manejar a Trump.
Desafortunadamente, el mundo funciona ahora así y cualquier metida de pata nos pone a sufrir las consecuencias económicas y sociales de ese X toreando al emperador temporal del mundo y terminamos con sanciones iguales a las de Venezuela, ahora que se ven tan bellos en las fotos como para un cartel del chafarote de Padrino y nuestro bobalicón Velázquez.
Ñapa: Nada más doloroso que el espectáculo degradante de ver llegar a paisanos con cadenas y esposas deportados por el pecado de ir a buscar una mejor calidad de vida en Estados Unidos. Hecho que hemos venido viendo desde hace unos años. Nadie puede estar en desacuerdo en pedir trato humano para estas personas y sin duda hay que buscar que esas masivas deportaciones se hagan respetando la dignidad.
El mecanismo no es negarse a recibirlos en sus países de origen, puesto que eso incrementa más su tortura; debemos buscar soluciones multilaterales para dignificar esos procedimientos, que de por sí son inhumanos.
Ñapita: En la historia de la humanidad, ni siquiera la Muralla China ha logrado contener la emigración masiva de los pueblos. Esta será otra guerra perdida como la lucha contra las drogas.
Ñaputa: Todo el bollicuscus que se armó para tener que hacer lo que Trump ordenó y de paso demostró quién es la mula y quién es el jinete. Petro reculó, metió la cola entre las piernas y quedó nuevamente como ha sido siempre: “Mucha bulla, poco alcance; mucho tilín y nada de paletas”.
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