
Por Francisco Becerra (Foto).
Por principio, soy partidario de un aumento de salarios siempre por encima de la inflación, para no disminuir la capacidad adquisitiva del trabajador, amén de aumentar el consumo y, de esta manera, dinamizar la economía.
Vale la pena decir que una cosa es el aumento general de salarios y otra cosa es el aumento del salario mínimo, que solo se aplica a los trabajadores formales de las pequeñas y medianas empresas, puesto que las grandes, en general, pagan siempre por encima del mínimo.
En Colombia, el problema grave es que el salario mínimo está atado al aumento de múltiples cosas; por ejemplo, para mencionar solo unas pocas: el aumento del pago de los copagos de la salud, las multas de tránsito, el valor de los costos notariales y del transporte.
Esto se incrementa casi automáticamente y afecta no solo a los que reciben el incremento del salario mínimo —unos 600 mil colombianos— sino también a todos los demás compatriotas. Esa es la razón por la que se dice que tiene una consecuencia inmediata en el aumento de la inflación.
Mientras no se acabe esa indexación que produce el aumento del salario mínimo, su incremento será siempre polémico y sin duda inflacionario.
Creo que la apreciación del presidente, que considera esta medida como una forma de hacerle pagar más a los grandes empresarios ricos, es errónea. Las grandes empresas tienen maneras de menguar ese costo; simplemente aumentan el precio de sus productos o disminuyen la cantidad o la calidad de los mismos.
Quienes sí son intensivos en mano de obra, como la mayoría de las pequeñas empresas, simplemente suprimen puestos de trabajo y tercerizan sus labores con trabajadores informales. De ahí la axiomática conclusión de que, en lugar de formalizar el empleo, un incremento casi del doble de la inflación del salario mínimo legal (SML) incrementa la informalidad y aumenta el desempleo. Todo lo que se diga de más es pura carreta.
De las grandes mentiras que se reproducen en esta época es que los grandes empresarios van a ganar menos si se aumenta el SML. Eso es totalmente falso; los empresarios saben cómo amortizar ese costo. Los que van a perder son los desempleados, los empleados informales y los pequeños empresarios. La inflación y el desempleo no afectan a los ricos; eso es una falacia.
Ñapa: Este será mi último susurro. Gracias por leerme durante estos últimos años.
Aclaración: No celebren mucho; la ñapa es una inocentada. Los seguiré martirizando con mis susurros hasta que el destino quiera.
Sígueme en Facebook:
Supernoticias. Juanpaz. Calitv. CNC+. Oye Cali. News Full Cali. Caliweb.
Más historias
Petro quiere incendiar el país
Crónica # 1128 del maestro Gardeazábal: El país vallecaucano
¡Hay que intervenir!