18 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Los miles de millones de la discordia

Rafael Bravo
https://rafaelibravo.blogspot.com/

Por Rafael Bravo

 

‘’Presidents are judged by history, not the distraction and exhaustion of the moment’’ 

‘’A los presidentes se les juzga por la historia, no por la distracción o el cansancio del momento’’. David Brooks columnista conservador del New York Times 

El ciudadano de a pie no alcanza a captar la magnitud de lo que significan ciertas cifras. Sentarse a interpretar lo que se puede hacer con 550 mil millones de dólares para proyectos de infraestructura en un lapso de 5 años puede sonar incomprensible. Si a lo anterior se suman otros 650 mil millones, entonces el análisis termina por nublar la mente. Esos 1.2 billones es lo que recientemente aprobó el congreso norteamericano por mayoría bipartidista que irán principalmente a mejorar vías, puentes, transporte público, ferrocarriles, acceso a internet, estaciones de carga para vehículos eléctricos, ferrocarriles, puertos, en fin, la lista se alarga. 

Hace apenas un año que el congreso también dio vía libre al Plan de Rescate cercano a otros 2 billones para estimular la economía. La danza de los miles de millones. El mismo viernes la Cámara de Representantes presidida por mayoría demócrata logró pasar otro paquete por valor de 1.75 billones denominado Reconstruir Mejor-Build Back Better cuya suerte es incierta en el senado, pues allí las cargas están igualadas con 50 senadores por partido y de darse un empate, la vicepresidente Kamala Harris define a favor de los demócratas su futuro. 

El proyecto Reconstruir Mejor se concentra en la inversión en infraestructura humana. Ambas iniciativas se concibieron para canalizar recursos a regiones de los Estados Unidos menos educadas y más pobres. Es un cambio en el enfoque social en todos los frentes: rebaja en los costos de las medicinas, prekínder universal gratuito, cuidado a la tercera edad y un ambicioso paquete para combatir el cambio climático. 

No es el momento de discutir si echarle gasolina a una economía en plena recuperación es conveniente o si el resultado final se traduce en una mayor inflación. Tampoco si una gigantesca impresión de dinero gracias a las políticas de la Reserva Federal el dólar perderá valor como moneda universal. No menos importante si la deuda de los Estados Unidos podría llegar a ser insostenible. Aunque el déficit no será de una magnitud considerable de acuerdo con el gobierno actual, los críticos olvidan cómo durante la administración Trump se aprobó una reforma bajando los impuestos a los más ricos creando un hueco de casi 2 billones de dólares. Un juego donde el gobierno de turno impone sus mayorías. 

Para poner todo lo anterior en contexto, esas iniciativas buscan no solo adecuar la vetusta infraestructura, sino que por primera vez en muchas décadas un gobierno ataca la creciente desigualdad, amplía las oportunidades y logra lo que otros mandatarios nunca pudieron. Por fin en Washington un congreso cada vez más polarizado pudo ponerse de acuerdo pensando en modernizar sus vías, puentes y otras tantas necesidades. Round a favor de un presidente que hoy día según las encuestas es el más impopular con menos de un año de gobierno. 

¿Y cómo es eso posible? Para comenzar a Biden le cuesta expresarse por la tartamudez que siempre lo ha acompañado desde muy joven. Su edad no le ayuda con algunos votantes que lo consideran poco apto para gobernar. Un partido demócrata dividido en un bando moderado y otro con ideología a la izquierda. La oposición de los republicanos hace casi imposible cualquier intento por lograr puntos de acuerdo. 

Hay quienes pronostican una debacle en las elecciones de mitaca que se llevarán a cabo en noviembre de 2022. La historia dice que el presidente de turno pierde escaños en las legislativas, Cuánto crédito recibirá Biden una vez comiencen las obras, la creación de empleo sea una realidad, ¿y la gente entienda lo significativo de esas inversiones? El partido demócrata acaba de recibir una lección perdiendo terreno en regiones que en su momento se consideraban seguras. La guerra cultural del ala progresista no ha resonado con los votantes. Una manifestación clara según la cual los norteamericanos prefieren el centro, así Trump y sus seguidores insistan con sus mentiras y falacias.