Por José Hilario López
Para entender el desafío de mantener la estabilidad del planeta y mitigar los impactos antropogénicos sobre los ecosistemas, Johan Rockström del Centro de Resiliencia de la Universidad de Estocolmo, junto a un grupo de otros veintiocho científicos de diferentes instituciones a nivel mundial, plantearon un marco metodológico que denominaron “Límites Planetarios”
Estos límites tienen como objetivo cuantificar las fronteras para algunas variables que describen el funcionamiento de diferentes sistemas de la Tierra, dentro de los cuales la humanidad puede operar de manera segura. Dicho de otra forma, los límites planetarios son procesos que se califican como fundamentales para regular la resiliencia innata del planeta.
A su vez, este grupo de científicos propuso unos rangos que permiten identificar el estado en el que se encuentra cada límite, además de establecer la frontera que evitaría un cambio irreversible en el planeta, debido a la acción humana.
En este marco, se han definido nueve límites planetarios claves, a saber:
1. Cambio climático. Variación global del clima en la Tierra debido a la alta concentración de gases de efecto invernadero (GEI) en la atmósfera, producto de las actividades humanas y su efecto en la radiación térmica.
2. Integridad de la biosfera. Dictada por la extinción de especies animales y vegetales y por la pérdida en la diversidad de las funciones que estas realizan, que incluye el deterioro de diversidad genética y funcional de la biodiversidad, así como el cambio en los ecosistemas terrestres y acuáticos y en el agua contenida en el suelo.
3. Alteración de los flujos biogeoquímicos. En este límite planetario se abordan los ciclos del fósforo y del nitrógeno, utilizados como fertilizantes en la agricultura. Estos elementos, una vez incorporados al suelo, en parte son transportados por el agua y distribuidos en múltiples ecosistemas.
4. Cambios en el uso del suelo. Es el proceso mediante el cual las actividades humanas alteran el paisaje natural y afectan los ecosistemas nativos.
5. Agotamiento del ozono estratosférico. Reducción de la capa de ozono como consecuencia de la liberación a la atmósfera de ciertos químicos, que se usan como refrigerantes, solventes o propelentes.
6. Acidificación de los océanos. Aumento de la acidez del agua, causado principalmente por el uso de combustibles fósiles.
7. Uso del agua dulce. Disminución del agua dulce disponible, debido al incremento descontrolado de su uso en la ganadería, agricultura e industria.
8. La carga de aerosoles en la atmósfera. Determinada por la cantidad de pequeñas partículas sólidas (hollín, polvo, sales) o líquidas, suspendidas en el aire.
9. Introducción de nuevas entidades. Contaminación del suelo y del agua, por pesticidas, materiales radioactivos, metales pesados y plásticos de un solo uso.
A la lista anterior debería agregarse el deterioro de la Corriente Circulatoria del Océano Atlántico y el incremento del nivel de los océanos, temas a los cuales hice referencia en anteriores columnas.
Dos de los nueve límites propuestos han sido catalogados como cruciales debido a su importancia en el equilibrio planetario, a saber: El cambio climático y la integridad de la biosfera. “Traspasar cualquiera de estos podría, por sí solo, llevar al sistema Tierra a un nuevo estado”, comenta el doctor Will Steffen, miembro del Grupo de Resiliencia de Estocolmo, quien destaca que los límites tienen conexiones entre sí. Esto significa que reducir el impacto de uno de los nueve límites podría generar cambios positivos o negativos en los demás. A este respecto el mismo científico manifiesta: “transgredir uno de los límites incrementa el riesgo de que las actividades humanas puedan inadvertidamente incrementar la posibilidad de que el sistema Tierra ingrese en un estado mucho menos hospitalario, perjudicando los esfuerzos para reducir la pobreza y llevando al deterioro del bienestar humano en muchos lugares del mundo, incluyendo a los países desarrollados”.
La ciencia concluye que hemos transgredido los espacios seguros de seis de estos procesos que le dan estabilidad al planeta. En la siguiente figura se pueden apreciar los seis limites planetarios que representan un riesgo, debido al impacto antrópico (en color naranja) que han excedido la zona segura funcional para el planeta (en color verde). (Cuadro 1).
Limites Planetarios, 2023. Fuente: Diseño por Azote para el Centro de Resiliencia de Estocolmo
Resulta curioso el hecho de que el uso del agua dulce esté en la zona segura, ya el límite del agua verde ya ha trasgredido los límites y se encuentra en la zona de riesgo creciente. Creería que el agua verde se refiere a la porción de la precipitación pluvial que se almacena en el suelo o que temporalmente se queda en la parte superior del suelo o de la vegetación.
Del mayor interés vale resaltar el proceso de aceleración de la afectación de los nueve límites establecidos. En la primera medición registrada en el año 2009, sólo se encontraban en riesgo alto la Integridad de la Biosfera y la Alteración de los Flujos Biogeoquímicos (sólo el nitrógeno), mientas que el Cambio Climático se encontraba en zona de riesgo creciente.
Para el 2015, la zona de riesgo alto sumaba la adición del fósforo a la lista de Flujos Biogeoquímicos, y el Cambio en el Uso del Suelo a la Integridad de la Biosfera. Hoy, 15 años después de la primera medición, la acción antrópica sobre los ecosistemas ha hecho que el número de las transgresiones a los límites se haya duplicado, con la más preocupante incorporación del Cambio Climático a la zona de alto riesgo. La siguiente tabla ilustra el impacto de las diferentes actividades antrópicas durante las últimas décadas. (Cuadro 2).
Sin querer mostrar un panorama apocalíptico, es posible concluir que la magnitud de las transgresiones a los límites planetarios puede conducir a la sexta extinción masiva de la historia del planeta, con la novedad de ser esta la primera extinción de especies, causada por la especie dominante del planeta Tierra y el consumo insostenible que le ha dado a sus recursos.
Adenda:
Un informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) titulado Estado del clima en el Pacífico sudoccidental 2023, muestra que, por causa del cambio climático, en las islas del Pacífico sudoccidental partir de 1993 el nivel del mar se ha incrementado en hasta de 15 centímetros y hasta de 10 cm en el Pacífico tropical central, una verdadera catástrofe mundial. Entre los efectos directos del aumento del nivel del mar se encuentran las inundaciones costeras, el retroceso de la línea de costa, la contaminación del agua dulce por el agua salada y los desplazamientos de comunidades. Según el Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras (Invemar), para el año de 2100 el 45% de la población de la costa pacífica colombiana, incluida la del puerto de Buenaventura, estará afectada por el incremento del nivel del mar. Una alerta que debería motivar acciones preventivas por parte de los gobiernos nacional.
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