Por Adriana M. Cardona López
Dicen los que saben que el ideal y la propuesta de estos debería ser la promoción de valores sociales y morales en la sociedad.
Algunos de los nuevos líderes de este partido faltan a los principios plasmados en los estatutos y se dan el lujo de engañar a los electores y de paso a todo un país. Nos representan en el congreso con esa tibieza del alma y falta de sabiduría política y defensa jurídica para evitar la aprobación de leyes que gozan de ilegalidad.
Si los cuestionan, se rasgan las vestiduras y nos hacen creer que todo es por amor a la Paz total y, mientras tanto, sus arcas van superando los topes de la honestidad.
Y dicen los que sí saben de política, aquellos que registran la historia de un País en materia política que estos se acostumbraron a vivir en la retaguardia del partido liberal y hoy algunos a la sombra de este gobierno con elegancia y finura. Y así nos demuestran con censura las debilidades del ser humano.
Hoy vemos cómo en Colombia esta inclinación política comulga con las políticas de Estado del actual presidente, haciendo creer a otros miembros del partido y sus seguidores votantes de sus buenas intenciones y que al lado del partido liberal someten a Colombia y que si analizáramos cómo fue el ideal de modelo de Estado planteado cuando fue instituido el partido conservador formalmente en el año 1849 al día de hoy, nos daríamos cuenta de que se les olvidó que son hijos de la caridad.
Si nos trasladáramos hasta los años del frente nacional encontraríamos que sus ideologías desaparecen, la disciplinada y la concepción conservadora, el Estado y la sociedad son otra cosa para ellos. Pero sus costumbres familiares y sus clanes políticos les sostienen sus banderas y toman sus caciques políticos regionales hasta el día de hoy, pero de que nos sirve si esta inclinación política perdió el liderazgo para hacer respetar con altura la verdadera Democracia que hoy la quieren transmutar y han olvidado por completo el lema de su fundador Miguel Antonio Caro -Expresidente de Colombia, donde el derecho era su bandera, su principio, su fin, su regla y que hoy observamos que nos quieren trasladar a otra República y que en los recintos del Congreso de la mano del actual gobierno siguen aprobando las famosas reformas.
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