28 marzo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Lo más maravilloso de la vida

Es común que las preguntas sencillas sean las más difíciles de responder, cuál es el propósito de esta existencia, qué hay después de la muerte o qué es lo más maravilloso de la vida son unos buenos ejemplos de esto.

¿Respuestas?, todas, inclusive cada uno vamos variando las respuestas a medida que van pasando los años.

Una versión que me gusta de lo más maravilloso de la vida asegura que desde pequeños nos han inculcado que, aunque todos vamos a morir, vivimos como si fuéramos inmortales.

¿Qué vas a ser cuando seas grande?, ¿cuántos hijos quieres tener?, ahorra para tu vejez, ¡vive bien!

Jamás pensamos que estamos muriendo a no ser que nos diagnostiquen una enfermedad terminal y ahí la perspectiva de la vida es completamente distinta.

Cuando un ser querido fallece, sobre todo prematuramente, es muy común oír lamentos de lo que faltó por hacer, o de lo que se hizo mal, o del tiempo que se perdió en tonterías y de las cosas lindas que estaban por decir, o por vivir, o que solo se quedaron guardadas esperando el momento ideal.

Ese es el concepto que quiero plasmar en este escrito. Vivamos no como si nos hubiesen dado muy poco tiempo de vida, hagámonos conscientes de que somos mortales.

Los hijos, los padres, la esposa, el esposo, los amigos, los enemigos, la naturaleza, los bienes, los problemas, el trabajo, el odio, la política, la religión, el fútbol, las discusiones, los halagos, las buenas obras, las malas actitudes y todo lo demás van a tener otro significado, van a tener otro tratamiento solo por el hecho de volvernos conscientes de que somos mortales.

Pregúntese, cómo quiere ser recordado cuando ya no esté, si aún no se ha despertado a esta realidad lo invito a que lo intente, así sea un solo día.