27 junio, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

¡Lo de las mentiras es la pura verdad!

Por Claudia Posada 

¿Cómo es posible que nos resistamos a creer que nos llegó la peste de las mentiras, y con ella la incapacidad de razonar debidamente? Que nos están metiendo muchas mentiras desde la oposición y sus círculos y en medios de comunicación, es la pura verdad. Soy de las que recomienda verificar, confrontar, averiguar todo cuanto nos despierte dudas en redes sociales, particularmente si se trata de lo que es difundido por alguien de la oposición en Colombia, o de sus seguidores incondicionales. Sin embargo, caí tontamente. (Y bien pueden burlarse de mi porque me lo merezco). En estos días me encontré un video del Representante a la Cámara Miguel Polo Polo (no sé finalmente de qué partido político es porque hasta donde supe estaba en entredicho la legitimidad del movimiento que lo avaló, es posible que ello haya sido aclarado, no sé); digo que me encontré un video suyo porque no lo busqué, pero bien sabemos que entre las “habilidades” de las redes sociales está la de hacer que nos aparezcan mil cosas que tal vez ni  nos interesan, justamente esa es la manera de que se vayan posicionando en nuestras mentes desprevenidas. 

Yo lo vi aislado, pero resulta que ese video hace parte de una información que da cuenta de la inconformidad de las comunidades indígenas con lo que ahí se asegura, contenido que luego se supo que es engañoso. En el video, al Representante Polo Polo se le ve muy impactado denunciando: “La tapa de la olla, éste es el colmo de la sinvergüenzura”, así, tal cual; y afirma entonces que él y su equipo de trabajo encontraron que el gobierno de Gustavo Petro, a través de la Agencia Nacional de Tierras, acaba de celebrar un contrato por tres mil 400 millones de pesos ($3.400.000.000) para realizar “seis paupérrimas reuniones; seis reunioncitas con el grupo indígenas arahuacos de la sierra Nevada de Santa Marta”. ¡Uyyy no! Con unos papeles en las manos que pareciera, para mí, copia del contrato  -y diría un psicólogo que la mente humana tiende a completar con su imaginación-;  luego, apoyándose en imágenes de rituales indígenas, algunas inclusive con el presidente de los colombianos participando en la actividad de las culturas ancestrales, continúa argumentando el despilfarro que señala ampliamente en su video (el que tiene ediciones, cosa usual, nada que despierte, en este caso, sospechas de manipulación mal intencionada) así que me lo tragué todo enterito, sin digerir y además muy molesta con el supuesto contrato pues me sonaba escandaloso; inclusive lo reenvié a algunos de mis contactos comentándoles mi rabia (vuélvanse a burlar de mi ¡me lo merezco!) con respecto al desequilibrio en la adjudicación de contratos por parte del actual gobierno (recodemos que por estos días nos tienen de contratos chuecos aterrorizados pues la corrupción está enquistada en todas las instancias del Estado sea quien sea el gobernante de turno) y les decía que siendo así las cosas Miguel Polo tenía razón. Pero, además, agregando más sal a la herida dije a mis contactos que, cómo era posible semejante montón de plata para hacer rituales, mientras tenemos sacerdotes católicos que trabajan por sus comunidades con enormes sacrificios, con humildad infinita y no reciben del gobierno ni siquiera un mercado el Día del Buen Pastor (recordando la reciente celebración).    

Información muy completa publicada por infobae, y que incluye el video, trae también -como debe ser- lo que respecta a la queja contra el Representante, interpuesta ante la Corte Suprema de Justicia por parte de la Comisión Nacional de Territorios Indígenas, dado que para ellos el video desencadenó hostigamiento hacia los pueblos indígenas. Si, muy cierto a mi modo de ver y sentir. Y entonces ahora me pregunto ¿por qué yo no me ocupé de contemplar las reacciones de las comunidades desprestigiadas? ¿Por qué no confrontar versiones e ir más allá de creer simplemente lo primero que vi? ¡Imperdonable! En montajes de fotos, audios en imágenes y en videos totalmente mal intencionados he adivinado la perversidad a ojo, de una; pero esta vez me engañaron y me da rabia. Así que para compensar un poco la desilusión conmigo misma estoy escribiendo esta columna, pero no con impaciencia sino con intranquilidad, tengo muchísima preocupación. Lo que me pasó, ser engañada, esta vez por el señor Miguel Polo, a medio país le está pasando todos los días cuando llegan y llegan mensajes, videos, memes, pronunciamientos embusteros o afirmaciones falaces con el ánimo de crear incertidumbre entre los colombianos.  

Y lo están logrando. A diario comprobamos cómo vecinos, parientes, amigos y desconocidos, con enorme desazón expresan lo que supuestamente le va a pasar a Colombia. Da tristeza identificar tanta zozobra convertida en ira o en autentica angustia por buena parte del pueblo colombiano (en gentes de todos los sectores socioeconómicos) resultado de la estrategia que lleva a cabo la gente visible e invisible de la oposición sin importarles que todo el país puede ser víctima de algunas de sus tácticas dañinas al sentimiento patrio que  parece está siendo distorsionado al cubrirlo con otra mentira: “Nos importa mucho el destino de Colombia”; mientras que el verdadero interés que los mueve pareciera que es la recuperación del poder Estatal, si se analizan a fondo los discursos y sus contenidos.  Pero bueno, remato contándoles que La Silla Vacía con su eficaz Detector (DetectBot) verificó el asunto del contrato con los arahuacos de la Sierra Nevada de Santa Marta, lo pasaron por el detector de mentiras y encontraron que es engañoso. (Buscar Polo Polo engaña sobre contrato entre la ANT e indígenas).