15 octubre, 2025

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Las vías y el desarrollo nacional

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Jose Hilario Lopez

Por José Hilario López 

Es irrefutable que el desarrollo de la infraestructura vial genera un incremento de la productividad nacional y regional, en la medida que contribuye al intercambio de información, productos, incentiva el comercio y reduce los costos de producción y transporte. Todo ello en favor del bienestar de la población. 

 De aquí que resultan incomprensibles, por decir lo menos, las recientes declaraciones del presidente Petro al señalar que en las autopistas 4G “se tira un poco de plata” y que estas “solo sirven para importar productos y matar la producción nacional”, además de que con eso se benefician son “los dueños del gran capital en Colombia”. Se le olvida al presidente que la gente común y corriente es la que demanda calidad de vida, eficiencia y competitividad para su bienestar, y que para reducir la pobreza se requiere mejorar la productividad del trabajo indisolublemente ligada a la eficiencia del transporte, para importar insumos y para comercializar los productos generados por la industria y la agricultura, y en especial para disponer de buenos servicios de salud y de educación.  

Según el índice global de competitividad divulgados por el Foro Económico Mundial celebrado en mayo del presente año, Colombia ocupa la posición 81 entre 141 países en el componente de infraestructura vial, en conectividad en vías se ubica en el puesto 97 y en calidad de las vías, en el 104.  

La edición internacional del periódico El País de España, correspondiente al 12 de julio de 2022, cita un estudio del Fondo Monetario Internacional sobre las carreteras más rápidas y lentas del mundo, uno de cuyos resultados es que entre estas últimas se encuentran las de Colombia, Bolivia y Ecuador; menciona también unos datos del Banco Interamericano de Desarrollo, cuando este señaló en 2019 que nuestro país necesitaba 45.000 kilómetros más de vías terciarias para aumentar su productividad. 

Aunque es preciso reconocer que con las concesiones viales Colombia está dando un salto adelante, falta todavía mucho por hacer para que seamos competitivos en los mercados internacionales y eficientes en la conectividad intra y extrarregional.  

Tal como lo dio a conocer el pasado 16 de diciembre la Cámara Colombiana de Infraestructura-CCI con referencia al avance esperado de las concesiones viales 4G. “Para el 2023, el programa, seguramente, alcanzará niveles de ejecución superiores al 85 por ciento, y, en total, 20 proyectos se encontrarán en etapa de operación y mantenimiento, lo que representa un progreso del 15,5 por ciento con respecto al avance que llevan las 4G hasta el momento”. Un avance significativo que si existiese la voluntad política del Gobierno Nacional podría completarse en su totalidad en el año de 2024. 

Por el lado de las vías terciarias, las que requiere el agro colombiano para conectarse a los mercados internos y las autopistas 4G, tal como lo registré en mi reciente libro (2), todavía estamos en pañales. En efecto, a principios del año 2019 el país tenía, como ya se anotó, un déficit de 45.000 kilómetros en vías terciarias. Por otro lado, el Departamento Nacional de Planeación registro que sólo el 6% de las vías terciarias existentes estaban pavimentadas, y que apenas un 33,5% se encontraban en buen estado de mantenimiento. 

Si lo que quiere el actual Gobierno Nacional es imponer el decrecimiento, la descabellada propuesta de la señora ministra de Minas y Energía para avanzar en la transición energética, nada que más favorezca este propósito, mucho más eficiente que frenar la exploración de hidrocarburos, sería paralizar los proyectos viales que tan exitosamente han venido impulsando los anteriores gobiernos. 

Lo expresado por el presidente Petro contra los encomiables esfuerzos que ha estado haciendo el Estado Colombiano con el apoyo del sector privado, por dotar al país de una infraestructura vial que permita al país superar el subdesarrollo, merece un contundente rechazo por parte de la ingeniería colombiana.  

Qué oportuno sería que entidades tan respetables, como lo son la Sociedad Colombiana de Ingenieros y la Sociedad Antioqueña de Ingenieros y Arquitectos, órganos consultivos del Estado, le dijeses al Gobierno que un país sin carreteras está condenado al atraso y a la pobreza. 

Feliz Navidad para mis lectores y amigos.

  1.  López José Hilario, 2022. “Historia de las vías en Colombia, Antioquia se abre al mundo”. Editorial Unilasallista.