29 marzo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Las propuestas educativas en el gobierno de Joseph R. Biden

Por Enrique E. Batista J., Ph. D.

https://paideianueva.blogspot.com/

La experta en asuntos educativos Kata Barrington (https://rb.gy/ko6ksi)presenta un resumen de las varias razones por las cuales el sistema de educación pública en los Estados Unidos tiene fuertes carencias en cuanto a calidad, pertinencia y equidad. Una de ellas es el acrecentado déficit presupuestal causado por la reducción del apoyo económico estatal a las instituciones públicas; muchos Estados están aportando cada vez menos dinero a la educación lo cual implica menos maestros cualificados, menos programas y menores recursos de apoyo a la enseñanza y al aprendizaje. Hay, además, un problema creciente de pobreza estudiantil. Se estima que el 50% de los alumnos en la educación pública son de estratos bajos, porcentaje que se ha venido incrementando en los últimos años. 

Acota la autora que otro factor limitante de la calidad de la educación ha sido la definición de un «currículo común centralizado», formulado para ser medido en sus resultados mediante pruebas estandarizadas. Se ha resaltado esto último como uno de los problemas más serios porque pone el énfasis no en la formación y desarrollo de cada alumno sino en los resultados de estos en los tests, lo que lleva a juzgar la buena enseñanza en los términos que se definen y se establecen en dichas pruebas qué, como inadecuada e impropia medición de la calidad, han llevado a incrementar la desigualdad y favorecer la ampliación de la exclusión en la educación. Aprender para el examen es una lógica que afecta la calidad y pertinencia de los procesos formativos escolares y aleja a maestros y estudiantes de sus mejores posibilidades de progreso. 

Sarah Jones (https://rb.gy/lthfbl), escritora del New York Magazine, declara que las escuelas públicas están viviendo una crisis de austeridad, crisis que Lily Eskelsen García, presidente de la «National Education Association»  la califica como más allá de «crónica», agregando además que es «intencional» en cabeza de los legisladores que de manera deliberada han disminuido la financiación de la educación pública. Un informe de la «American Federation of Teachers» estima un déficit en K – 12 (preescolar a grado 12) de $93.5 billones y para educación superior de $45 billones. Con la pandemia, la situación se ha agravado frente a salarios reducidos, plantas físicas deterioradas, ausencia de enfermeros y de consejeros escolares, entre otros.

Julia Herbst y Katharine Schwab (https://rb.gy/svyvop) reiteran que el sistema de educación en los Estados Unidos está en crisis y que, dada la pandemia, que llevó al problema de educar a 73 millones de alumnos en el novel e inusual contexto, mostró que es tiempo de cambiarlo. Muchas de las escuelas de los sectores más pobres carecen de las tecnologías apropiadas o de la conexión a Internet que permita a los alumnos acceder a opciones de aprendizaje remoto. Se ha hecho evidente que la mítica promesa de que Internet transformaría la educación no se ha vuelto realidad ni evidente durante la pandemia, en especial porque plataformas como Zoom y Google Classroom no fueron diseñadas para la interacción social, la enseñanza y el aprendizaje remotos. 

Ha prevalecido en la educación superior de ese país el mito de los méritos, aunque se hace evidente la promesa incumplida de que la educación promueve la movilidad social, cuando en realidad ha producido y mantenido aún más segregación y exclusión por clase social y origen étnico. Exclusión que se ha apoyado en la admisión basada en supuestos y bien rebatidos resultados en pruebas estandarizadas ya rechazadas, en mitad de la pandemia, por cientos de universidades y prohibidas en California por un juez como criterio de admisión. El coronavirus permitirá, se ha dicho, transformar a la educación superior o destruirla tal como se conoce hoy. Esta es la crisis más grande que ha enfrentado en su larga historia la educación superior en ese país y en todo el mundo. (https://rb.gy/7d8vvt).  

Elegido el presidente Biden adquiere alta relevancia las recomendaciones de la «Fuerza de Tarea de Biden – Sanders» (https://rb.gy/ma8zdf) que para la educación contempla algunos compromisos como los siguientes:  

Proveer educación de calidad en cada rincón del país superando todas las formas de discriminación, operando bajo el principio de que la educación es un bien público y no una «commodity» (mercancía) sujeta a ganancias por sectores privados. Se contempla el acceso a la educación temprana de alta calidad y la expansión del programa de alimentación escolar gratuita. Como partido, el demócrata se opone a la entrega de vales a los padres de familia para la educación privada de sus hijos y a otras estrategias que desvían los recursos públicos hacia el sector privado. Las entidades de sector privado con ánimo de lucro no recibirán apoyo federal. Se tomarán medidas enérgicas contra los llamados programas depredadores de educación superior con fines de lucro que han estafado a los estudiantes. En los casos en que sea necesario se trabajará de consuno con los diferentes Estados de la Unión. 

Se tiene claridad que la pandemia ha demostrado que no hay un sustituto sostenible a largo plazo para el aprendizaje de alta calidad en el aula. El aprendizaje a distancia y el on line pudieron ser apropiados frente a las circunstancias, pero afirma la «Fuerza de Tarea» no se puede convertir en la «nueva normalidad». Las brechas significativas en el acceso a la tecnología y la falta de acceso a Internet con ancho de banda de alta velocidad han profundizado las desigualdades en el sistema educativo afectando más a todos los sectores pobres y minoritarios. Para superar esta situación se expandirá el acceso a Internet de banda ancha, especialmente en comunidades desatendidas y en las áreas rurales.  

Se considera en la propuesta educativa elaborada por la «Fuerza de Tarea de Biden – Sanders» que, como siempre, en mitad de la COVID-19 los educadores han sido los héroes; su papel y valor se ha hecho más evidente a todos. Ellos deben tener los mismos derechos a organización, unirse a sindicatos y a tener negociaciones colectivas como los trabajadores del sector privado. Para reclutar, retener y compensar a los maestros de alta calidad se incrementarán significativamente sus salarios y otros apoyos profesionales. Se apoyará el incremento de fondos de emergencia para los distritos escolares y para las instituciones de educación superior públicas y las sin ánimo de lucro con miras a compensar la baja en los ingresos estatales y locales y asegurar el trabajo para los maestros.  

El costo de la educación superior se ha duplicado desde mediados de la década de los 90 del siglo pasado. Los “colleges” y universidades tendrán matrículas gratuitas para estudiantes de todas las edades cuyas familias ganen menos de US $125.000 anuales, lo que representa al 80% del país. Se incluye a la población llamada «Dreamers» (Soñadores), que se refiere a los jóvenes que ingresaron como niños de manera ilegal al país. Las deudas por préstamos para pago de matrículas son altas, situación que se agravó con la pandemia del coronavirus. Cerca de 44 millones de estadounidenses deben en préstamos estudiantiles US $1.5 trillones; el 20% de los adultos está atrasado en sus pagos, especialmente entre la población negra, mientras que uno de cada diez ciudadanos con edad entre 40 y 50 todavía tiene deudas de su préstamo estudiantil. Con base en estos hechos, aquellos que ganen US $25.000 al año o menos no deberán nada de sus préstamos federales para estudios de pregrado, tampoco se le cargarán intereses.  (https://joebiden.com/beyondhs/). 

Bajo la presidencia de Biden se fortalecerán los «community colleges» (instituciones de educación superior con programas a dos años, centrados en cualificación laboral o en «estudios generales» antes de ingresar a una universidad) y también se apoyarán otros modos de cualificación laboral para graduados de la educación secundaria acorde con la naturaleza cambiante del trabajo, sin que se cause deuda a los estudiantes. Habrá una inversión de US $50 billones para cualificación de alto nivel para modernizar los programas de formación según los conocimientos y habilidades que requiera la fuerza laboral, programas que podrán ser de corta duración o hasta de dos años que permitan la obtención de credenciales (i.e., micro credenciales, micro títulos y similares) reconocidas por el sector industrial. 

Se creará un programa (denominado «Title 1 for postsecondary education») con el que se reconoce, como se anotó, que todo ciudadano requiere una educación más allá de los 12 grados escolares. Con este programa se aportarán recursos a agencias locales de educación y a escuelas con alto porcentaje de estudiantes de familias con bajos ingresos económicos para asegurar que ellos logren altos estándares académicos y puedan alcanzar su diploma universitario de cuatro años. (https://joebiden.com/beyondhs/).  

Para los maestros esta afirmación de Joseph Biden en su discurso de aceptación de su elección: «Para los educadores de Estados Unidos, este es un gran día: van a tener uno propio en la Casa Blanca».