25 octubre, 2025

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Las marrullerías no son nada nuevo 

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Claudia Posada

Por Claudia Posada 

No es necesario entrar en detalles específicos sobre la pelotera del 14 de mayo reciente, cuando se esperaba el resultado de la votación que finalmente restó la posibilidad -por ahora- de llevar a cabo la consulta popular como herramienta de inicio para el proceso, hace poco archivado en la Comisión séptima del Senado, que daría paso a las etapas de consolidación para la reforma laboral propuesta por el actual gobierno. Las pantallas instaladas en el recinto del Congreso mostraban un número de votantes no coincidente -para el Si o el No- confrontando con los que resultaron; aparentemente, fueron distintos al ajustarlos con respecto a los votos que fueron anunciados como manuales, no electrónicos. En todo caso, aquella transmisión en directo fue comentada según cada medio presente allí, daba cuenta del enfrentamiento originado en la falta de transparencia que argumentaron algunos de los presentes, y, desde percepciones distintas. O tal vez, oyendo a otros,  por las maniobras  que son de los juegos engañosos que hace rato son parte de las mañas de políticos que están en el Congreso para hacerse a casi cincuenta millones de pesos mensuales trabajando, sin estricto cumplimiento, tres días a la semana, no siempre permaneciendo en toda la jornada mientras están en sesiones, si no es que en los momentos clave para votar todo lo trascendente para el país, sufren algún percance o dolor síntoma de enfermedad que les obliga apartarse del reciento; o como en otras ocasiones, retirándose muy orondos con el fin de desbaratar el cuórum necesario para poder continuar con el orden del día previamente acordado. Las marrullerías no son nada nuevo, y poco o nada les importa que los ciudadanos estemos enterados de sus verdaderos intereses. 

Lo nuevo en la historia del Congreso colombiano es la presencia de bancadas afines al gobierno actual que dicen pertenecer a la tendencia ideológica de izquierda, estos son los llamados por los mas fastidiosos de la oposición “mamertos”, siendo éste el epíteto manos hiriente de los preferidos para señalar a los que piensan distinto a la derecha. Ya pasaron, unos y otros, del enfrentamiento verbal respetuoso a los gritos y estrujones. Al lenguaje incendiario -sin que necesariamente sea vulgar- ese del cinismo engreído, escandaloso, presuntuoso, que se puso de moda, ahora lo sobrepasa el empujón, el manotazo, los gritos para expresar discrepancias; el mismo que se impuso para hacer referencia a los contrarios. ¿Tocará acostumbrarnos? ¡Qué pesar! desapareció el manejo agudo e inteligente, sagaz, pero en todo caso decente que observábamos antes en las figuras públicas para expresar discrepancias a la hora de disentir. Y ni hablar de otra modita bien fea: A falta de los ya de por sí malucos mensajes en redes sociales en los que ventilan asuntos concernientes al manejo interno de los asuntos públicos, aparecieron las cartas tamaño pastoral en las que descalifican destilando ira y rencores cumulados, tal vez, por no conversar oportuna y serenamente con quienes, no siendo infalibles, pudieron cometer errores. También es de pésimo gusto el que se estén cruzando vainas que son del resorte interno de los equipos de trabajo gubernamentales, sacando carpetas y trapitos al Sol para “echarle codo” a quienes bien podrían ignorar, o demandar si es del caso, pero sin tanta pantomima. Tales espectáculos públicos desdicen mucho de coequiperos. Por lo demás, tan sabido es el uso de mañas desde siempre, hoy y será por siempre, en el “arte” de hacer política, que el cansancio ciudadano superó todo interés genuino por descubrir a quiénes hay que creerles y a quienes hay que echar en los costales mal olientes de la corrupción, las mentiras, engaños o manipulaciones.  En esos costales caben nombres pertenecientes a toldas azules, rojas, verdes y amarillas; es decir, por igual de los llamados partidos tradicionales como de los conformados más recientemente.  

Y mientras tanto el presidente Gustavo Petro en su viaje a la China consiguiendo y consolidando acuerdos comerciales que se ajusten a sus políticas de relaciones internacionales. Como en todo, hay críticos de dicha gestión como los ha habido con respecto a casi toda decisión que toman los gobiernos de turno; con mayor razón en cuanto a esta posición que significa otro ingrediente modificador de lo establecido tácita o explícitamente en los mandatos anteriores al guardar la máxima “compostura” para no soltar el freno de mano, temiendo disgustar a los gobiernos de los Estados Unidos. Por los registros que dan cuenta sobre países de Latinoamérica que encabezan el rubro de exportaciones hacia China, según la Administración de Aduanas de la República Popular China, la CEPAL y otras fuentes de información, se conoce lo siguiente: Brasil es el principal socio comercial de China en América Latina; entre los principales productos que exporta hacia ese país se encuentran la soja (35,4%), hierro (20,2%), petróleo (18,6%), carne de vacuno congelada (8,82%) y pasta de celulosa (3,36%), de acuerdo con datos del Observatorio de Complejidad Económica (OEC, por sus siglas en inglés).  

Le sigue Chile cuyo principal producto que exporta a China es el cobre (en bruto y refinado). Chile también es el segundo en la lista de los que tienen un mayor superávit comercial. “Otro producto destacado son las frutas sin hueso, de las cuales Chile es el principal exportador del mundo, y China la mayor importadora. También son notables las cifras de exportaciones chilenas de sustancias químicas inorgánicas, compuestos de metales preciosos e isótopos”. En 2005 Chile fue el primer país de América Latina en firmar un acuerdo de libre comercio con China según Robert Evan Ellis, profesor de investigación de estudios latinoamericanos en el Instituto de Estudios Estratégicos de la Escuela de Guerra del Ejército de los Estados Unidos; Chile debe gran parte de sus buenos resultados en las negociaciones con la China a su estrategia de mercadeo. “El éxito de Chile se debe en parte a la promoción de su “marca nacional” en la República Popular China. Chile ha comercializado con éxito sus uvas, cerezas y arándanos en China como “bienes de lujo”, señaló Ellis en un artículo publicado en diciembre del 2023. (Colombia también tiene marcas nacionales muy buenas, muy sugestivas como para promocionar nuestros potenciales productos de exportación a la China). Perú, por su parte, se ubica en el tercer puesto en la lista de países latinoamericanos que más venden al país asiático y entre los que alcanzan un mayor superávit comercial, son más de US$13.000 millones.  A partir del 2009, cuando suscribieron un acuerdo de libre comercio, la potencia asiática se convirtió en el principal socio comercial del Perú. Los principales productos que exporta nuestro vecino en el sur de Colombia hacia China son minerales, así como alimentos para animales. 

Sergio Cabrera, el director de cine que nació en Medellín hace 74 años, es el embajador de Colombia en China, domina el idioma pues vivió y estudio varios años de su vida en un colegio en Beijing, y estudió filosofía en la Universidad de Pekín; es hijo del actor y director de teatro Fausto Cabrera. Precisamente por actividades de su padre viajó con él a la China y muy seguramente fue allí en donde se hizo militante de la izquierda, creció en un ambiente muy político y fue guerrillero en Colombia. Su nombramiento en el cargo actual, en agosto del 2022 por Gustavo Petro, posiblemente se dio por afinidad ideológica, se colige, aclaro, por lo que se sabe de su vida en el mundo de los intelectuales y personajes de la cultura bogotana, de su experiencia en China con sus padres, en cambio, poco se supo. Así las cosas, creo entendible la desautorización del mandatario Petro a las gestiones de la Canciller Laura Sarabia de quien se dice estuvo averiguando con personalidades de alta figuración política en Colombia pertenecientes a otros sectores distintos a ideologías de este gobierno, las opiniones de ellos acerca de buscar o no la firma con el gobierno chino uniéndose a la ruta de la seda, lo que según Petro a la vez lleva a fortalecer lazos económicos y comerciales. El sentido común le dice a cualquier desprevenido, máxime a quien ha estado tan sumamente cerca del presidente desde el comienzo de su gobierno hasta hace muy poco, que las proyecciones del gobernante de los colombianos están en plena sintonía con su embajador en China, así que opiniones ajenas a los dos (Petro/Cabrera) tal vez sobraban. Se comenta que las marrullas de algunos políticos nacen con su personalidad, mientras otros las aprenden rápidamente.