Se celebra la “Feria de las Flores de Medellín” y con ella el muy especial evento denominado “Desfile de Silleteros de Santa Elena”, el cual tiene sus más remoto origen a comienzos del siglo pasado organizado en ese entonces por la “Sociedad de Mejoras Públicas de Medellín”. En 1957la alcaldía de Medellín lo reactivó y dio fuerza vital a este evento cultural de especial significación y reconocimiento a la identidad agrícola y la valía de la tradición y de la cultura campesina de Antioquia.
La Feria y el Desfile de Silleteros han recibido el reconocimiento del país y han adquirido vigencia plena ya inmarcesible. En efecto, mediante la ley 838 de 2003 se declaró patrimonio cultural de la Nación “a los silleteros del corregimiento de Santa Elena y a la Feria de las Flores de Medellín”, a la vez que se reconoció la especificidad de cultura paisa y antioqueña y se les brinda protección a sus diversas expresiones de tradición y cultura.
Mediante Resolución 1843 de 2015 del Ministerio de Cultura se incluyó en la “Lista Representativa de Patrimonio Cultural e Inmaterial del Ámbito Nacional – LRPCI” a la “Manifestación cultural silletera del territorio de Santa Elena, de los municipios de Medellín, Guarne, Envigado y Rionegro”. Entrando así a formar parte de la veintena de manifestaciones culturales colombianas que integran esa lista, entre las que se encuentran El Carnaval de Barranquilla, el Espacio Cultural del Palenque de San Basilio, las Músicas de Marimba y Cantos Tradicionales del Pacífico Sur, el Carnaval de Negros y Blancos de Pasto, Las Procesiones de Semana Santa de Popayán, el Encuentro Nacional de Bandas Musicales de Paipa y La Música Vallenata Tradicional. A todos se le exige una salvaguardia que consiste en unPlan Especial para asegurar en cada uno el fortalecimiento, revitalización, sostenibilidad y promoción de la respectiva manifestación.
Se han adelantado gestiones para que La Feria y el Desfile de Silleteros sean incluidos en la “Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad” de la UNESCO, en la cual Colombia tiene diez (uno compartido con Venezuela y otro con Ecuador) entre los 508 en 122 países.
Las flores representan la vida, la renovación de ella y la perpetuación de las especies de plantas llamadas angiospermas cuyas flores llevan en su interior una semilla (esperma) encapsulada, un embrión de nueva planta. Con su colorido y aroma atraen a los insectos y otros animales para que mediante un proceso maravilloso de la naturaleza procedan a disfrutar de su néctar y sean vehículos de fertilización y propagación de las especies. El colorido, belleza y aroma atrae también a poetas, músicos, pintores, escultores y a todos quienes deseen mediante algún giro o figura literaria comunicar especiales sentimientos humanos con ellas.
Renoir y Manet las pintaron en jarrones, van Gogh pintó una gran cantidad de ellas, los japoneses hacen bellos arreglos florales que llaman Ikebana. Los mejores novelistas han construido sus relatos alrededor de ellas como puede recordarse con “La Dama de las Camelias” de Alexandre Dumas, con “A la sombra de las muchachas en flor” de Marcel Proust y con las flores negras de Julio Flores:
Oye: bajo las ruinas de mis pasiones,
en el fondo de esta alma que ya no alegras,
entre polvo de ensueños y de ilusiones
brotan entumecidas mis flores negras.
Las violetas y lirios inspiraron a José Asunción Silva:
¿Recuerdas?… Tú no recuerdas
la cruz de mayo que hicimos
con violetas silvestres
y con sonrosados lirios
bajo el frondoso ramaje
de tu árbol favorito.
Isolina Carillo compuso la inolvidable canción las “Dos Gardenias”:
Dos gardenias para ti
con ellas quiero decir:
Te quiero, te adoro, mi vida
ponle todas tu atención
que serán tu corazón y el mío.
Pero si un atardecer
las gardenias de mi amor se mueren
es porque han adivinado
que tu amor me ha traicionado
porque existe otro querer.
Y el agüero supersticioso de Gabriel García Márquez lo llevó a decir que: “Mientras haya flores amarillas nada malo puede ocurrirme. Para estar seguro necesito tener flores amarillas (de preferencia rosas amarillas) o estar rodeado de mujeres”. Además, en “Cien Años de Soledad” relató:
“Vieron a través de la ventana que estaba cayendo una llovizna de minúsculas flores amarillas. Cayeron toda la noche sobre el pueblo en una tormenta silenciosa, y cubrieron los techos…Tantas flores cayeron del cielo, que las calles amanecieron tapizadas de una colcha compacta, y tuvieron que despejarlas con palas y rastrillos para que pudiera pasar el entierro”.
Y el cumbiambero mayor, el magistral Gabriel Romero, en prosa poética y en cantos rítmicos llenos de la dulzura y belleza de las flores, arma cada año “El Rumbódromo Tropical de la Feria” con el que deleita y aviva el espíritu esencial de La Feria a la vez que engalana y adorna con ricas melodías y sabor la gran celebración que honra a la cultura paisa y da goce y disfrute a jóvenes, adultos y a los turistas nacionales y extranjeros. Él, como hijo de la cumbia, representa la esencia de nuestro folclor y con reiteración invitante dice que en La Feria: “le canto a mi pueblo con todo el corazón”.
Y, otra vez, el cantor vallenato Alejo Durán en su composición “La Mujer y la Primavera”:
La mujer y la primavera
¡ay! son dos cosas que se parecen…
La mujer huele cuando esta nueva.
la primavera cuando florece…
A las flores se le asignado variedad de significados: amor, amistad, belleza, pureza, lozanía, protección, iluminación, perfección, majestad, luto, alegría, admiración, deseo, castidad, es la Virgen María una rosa sin espinas y son también todas las mujeres a quienes se les distingue su condición femenina con nombres de las más bellas flores: Rosas, azucenas, margaritas, hortensias, jazmines, y muchas más entre las 1600 especies de flores que hay en Colombia. Por ello, mi canto a ellas, a las “Flores de Antioquia”:
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