19 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

La visita del copiloto del desastre nacional

Carlos Mario Restrepo

Por Carlos Mario Restrepo Tamayo (foto)

La visita de Germán Vargas Lleras este viernes a la ciudad de Medellín, donde asistió a un almuerzo en el Club Campestre, ha suscitado toda clase de comentarios a todos los niveles, sociales, empresariales y políticos, algunos de ellos a favor y otros tantos en contra.

German Vargas ofreció disculpas por su llegada tarde a este encuentro, con un retardo de dos horas por el retraso de su vuelo. Sin embargo, el tema de fondo de su visita lo constituye su presencia en Medellín, por primera vez en más de 10 años, después de haber servido como copiloto de los nefastos gobiernos de Juan Manuel Santos.

Dicen algunos que la política es dinámica, que todo se puede sin importar los medios y como decía Winston Churchil, “los enemigos de ayer son mis aliados de hoy» cuando lo criticaron por su alianza con Stalin. “Si para derrotar a Hitler tengo que aliarme con el diablo, me aliaré con el mismo diablo”, dijo.

Muchos empresarios se negaron a asistir a este almuerzo. A varios se les oyó decir “que uno por prostituta que sea tiene que tener algo de pudor” y que por dinámica que sea la política, sus principios y valores no son negociables, para ir a tenderle la mano a quien fue protagonista, como vicepresidente, o copiloto, del gobierno que se convirtió en la causa principal de este desastre nacional que estamos viviendo.

El nerviosismo, la incertidumbre y el desespero que vivimos en nuestro país, pueden explicar la realización de este encuentro que bien pudo llamarse “La torre de Babel paisa”, donde tuvieron presencia empresarios de todas las corrientes políticas, unidos por una misma causa patriótica de oposición contra el gobierno nacional y las reformas que cursan en el Congreso.

La gran sorpresa de este encuentro resultó la posición radical y contundente expresada enérgicamente por parte del doctor Vargas Lleras en contra de Daniel Quintero Calle, alcalde de la ciudad, después de haber sido su defensor a ultranza en su columna dominical del periódico El Tiempo.

Vargas ha utilizado su columna, en muchas ocasiones, para atacar al empresariado antioqueño, casual e irónicamente presente y que fueron además quienes lo invitaron a este almuerzo. Vargas ha sido uno de los protagonistas de la toma hostil de los Gilinski a varias empresas banderas de Antioquia.

“A caballo regalado no se le mira el diente”, dice el refranero popular, aceptemos. La única verdad que nos une hoy por hoy, es la existencia de un sentimiento nacional en contra del gobierno de Gustavo Petro, quien según la última encuesta de Invamer, solo alcanza el 30% de favorabilidad.

Pero debo decir, ya para finalizar, que fue sorprendente también observar a empresarios que se han beneficiado con jugosos contratos de la actual Alcaldía, no solo al frente de este acto, sino que además aplaudían las descalificaciones y ataques que hacía Germán Vargas Lleras al alcalde Quintero.

Lo más rescatable de este encuentro fue el despertar de un sentimiento general y unánime expresado por todos los presentes para rescatar el país, trabajando unidos por una misma causa, empezando con una votación masiva en las próximas elecciones territoriales de octubre eligiendo a los mejores alcaldes y gobernadores.