19 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

La verdad se queda en el “camerino”

Por Claudia Posada (foto)

Tras su posesión, y apenas a los cien días de su mandato, al presidente Iván Duque le está tocando explorar terrenos para los que a él le falta “camerino”. Su corto, aunque interesante recorrido antes de llegar al Senado, no le aporta la experiencia necesaria para interpretar las “jugarretas” de la vida pública, así sea muy inteligente; y para rematar, los que están a su alrededor acompañándolo en sus planes de gobierno, precisamente por los méritos políticos que a él le faltan, lo montaron en un escenario bastante “empantanado”. Parece que su estilo de gobernar, encaja mejor con el equipo de inmediatos colaboradores que bien nombró por el conocimiento específico en cada tema; este grupo de sus cercanos, técnicos más que políticos, no escapa tampoco a la tirantez Gobierno-Congreso, particularmente por cuenta de algunos miembros de su misma corriente.

En campaña presidencial, el candidato del Centro Democrático fue posicionado por el uribismo para que se le percibiera como el hombre con todos los atributos requeridos para detener al “castrochavismo”, modelo de estado que, según se orquestó por todos los medios posibles, con cualquier otro que llegara a ser el mandatario de los colombianos, entraría sin duda alguna al país; a la vez, se le atribuyó a Duque el bagaje suficiente para fortalecer la economía colombiana. Por lo demás, hay que recordar que, desde antes de su posesión, se conocía el déficit fiscal con el que tendría que lidiar. (Lea la columna).