Por Javier Hoyos Arboleda
· La población ocupada en el último año, entre septiembre 2021/20222, creció el 8,3% al pasar de 20.681.000 a 22.389.000, y la población desempleada disminuyó en 4%, de 2.810.000 a 2.696.000 en iguales periodos.
La población ocupada en los últimos meses se ha mantenido por encima de los valores prepandemia, o sea, a los datos registrados en febrero del 2020.
· Como el empleo creció 8,3% por encima del número de personas que buscaron trabajo 6,8%, la tasa de desempleo bajó de 12% al 10,7% entre septiembre 2021/2022.
· La dinámica del empleo femenino sigue alta, creció 15,2% equivalentes a 1.227.000 personas, mientras que la de los hombres aumentó 3,8%, en términos absolutos 481.000.
La tasa de desempleo de las mujeres bajó del 15,1% al 13,3%, y la de los hombres del 9,8% al 8,8% entre septiembre del 2021 y septiembre del 2022.
· Por sectores, los que más generaron empleo en el año fueron: Comercio y reparación de vehículos, 334.000 con un aumento del 9%; Alojamiento y servicios de comida, 333.000, 25,3% superior; la agricultura, 273.000, 9,2% más; las actividades artísticas, entretenimiento, recreación y otras actividades de servicios, 249.000, creciendo el 15,8%, y la industria manufacturera, 228.000, con un incremento del 10,4%.
· En las trece principales ciudades del país, la población ocupada creció a un ritmo superior al total el país, con lo cual la tasa de desempleo en estas ciudades se redujo con mayor fuerza del 13,3% al 10,4%, mientras que en el país bajó del 12% al 10,7%.
· La tasa de desempleo de los jóvenes (15 a 28 años) para el periodo julio-septiembre fue del 18,3% vs 21,4% de hace un año; y para las 13 principales ciudades del 19,4% vs 23,6% en el mismo periodo del 2021.(Vea el informe).
· No cabe duda de que esta buena dinámica del empleo se verá afectada en el futuro por la desaceleración de la economía y por la nueva reforma tributaria que impactará aún más el crecimiento, ya que afectará el ingreso disponible de las personas, actuando negativamente sobre el consumo y el ahorro, y por la mayor carga tributaria que recaerá sobre todo el sector productivo y particularmente en el sector minero y de hidrocarburos, con lo cual también se afectará la inversión.
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