14 mayo, 2025

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“La paz total pasó a ser la del miedo total”: Eugenio Prieto

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@EugenioPrieto

·      “Esto no puede convertirse en un proceso de legalización de fortunas ilegales”.

El presidente Petro y el comisionado de paz Danilo Rueda le están debiendo a Antioquia claridades frente a las negociaciones con grupos ilegales asentados en Medellín y el Valle de Aburra: Eugenio Prieto.

Con motivo de la instalación de una mesa de negociación con los grupos ilegales asentados en Medellín y el Valle de Aburrá, citada por el Gobierno nacional para este viernes 2 de junio en la cárcel de Itagüí, el pre candidato a la Gobernación de Antioquia Eugenio Prieto envío una carta al presidente Petro y al comisionado de paz Danilo Rueda solicitando claridades frente al proceso de paz total con estos grupos, y garantías en el proceso de sometimiento, con verdad, justicia, reparación y no repetición.

En la misiva expone el precandidato: “Ante este anuncio, surgen muchas preocupaciones por la falta de información clara que hay alrededor del mismo.

Los colombianos no podemos asistir pasivos y silenciosos a una gran operación de lavado de activos, ni a una legalización a gran escala de fortunas de grupos insurgentes o de grupos criminales sin que exista un exigente proceso de sometimiento, con verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición.

Esta historia ya la hemos vivido. Algunos integrantes de estas estructuras ilegales ya han participado en otros procesos donde han sido expertos en hacerle “conejo” y “trampas” a la ley: dialogan y alargan el proceso, mientras se fortalecen y continúan delinquiendo; o si se someten, no entregan nada a cambio, o muy pocas cosas.

Si ellos no están dispuestos verdaderamente a colaborar con la justicia, entregar sus rentas ilegales, armas, rutas, desmantelar sus estructuras y dejar el control territorial que han tenido por décadas, lo único en lo que terminaremos es en un gobierno que por ingenuidad (o complicidad), termine empoderándolos aún más.

Frente a la incertidumbre sobre el proceso, el precandidato pidió claridad en temas como tan fundamentales como conocer ¿Qué es, ¿qué significa, ¿cuál es el alcance de la paz total?

¿Qué mecanismos claros permitirán negociar, con grupos insurgentes de origen político y el sometimiento con grupos delincuenciales vinculados al narcotráfico? Quién realizará las negociaciones simultáneas con los grupos insurgentes y con los delincuenciales vinculados al narcotráfico, ¿el Gobierno o tendrá acompañamiento de la justicia?

¿Cuál es la dimensión territorial de la paz total, en Colombia y territorialmente, cuántos grupos de delincuencia común vinculados al narcotráfico, y cuántos grupos insurgentes participarán de dichas negociaciones, y a cuántos integrantes representan dichas estructuras ilegales?

¿Al amparo de la justicia, se priorizará un proceso seguro de desvinculación inmediata de niños, niñas y adolescentes de organizaciones criminales y estructuras delincuenciales barriales?

¿Cuáles serán las garantías para las víctimas y para el país de verdad, justicia, reparación y no repetición?

¿Está claro qué están dispuestas a entregar estas estructuras ilegales a cambio de qué beneficios políticos, legales o económicos?

¿Cómo se garantizará que los hombres y mujeres que hacen parte de estas estructuras bajo el mando de los negociadores no continúen delinquiendo?

¿Durante el proceso de negociaciones cómo garantizará el Gobierno la autoridad y la seguridad en los territorios?

Finalmente afirmó Eugenio Prieto (foto) en la carta que esta solicitud la hace como un ciudadano creyente de la paz integral, el fortalecimiento de la institucionalidad y la autoridad en los territorios, y como un convencido de los valores democráticos, el estado social de derecho y el respaldo a la Policía y a las Fuerzas Militares.

Finalmente, Eugenio afirmó que él ha venido insistiendo en que “la seguridad del departamento se viene deteriorando, la paz total pasó a ser la del miedo total. Durante los últimos meses hemos visto como la violencia, el terror y la inseguridad han venido creciendo de manera alarmante en algunos de nuestros territorios. Mientras la gente y sus familias tienen miedo, la apuesta del gobierno ha sido lenta y confusa. “El país debe retomar el rumbo, Medellín y Antioquia merecen vivir sin miedo”. Concluyó.