28 marzo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

La otra verdad

Por Duván Jaramill

La Fábrica de Licores de Antioquia, orgullo paisa ante Colombia y el mundo, es dueña de una vasta gama de productos de primera calidad y está desde su fundación, en 1920, a la vanguardia de la industria nacional; esa misma que el actual gobernador de Antioquia quería vender por improductiva; aquélla merecedora de múltiples reconocimientos a nivel internacional, valga decir, en Valparaíso Chile en 2008, en EE.UU. en 2010, un ron que lleva por nombre Maestro Botero en homenaje al pintor colombiano; otro producto que lleva el nombre de Gabriel García Márquez nuestro Nobel de Literatura, solo por mencionar algunos.

La FLA, como cariñosamente le decimos los antioqueños es, sin duda, uno de los principales motores de desarrollo del ente territorial, aporte que en el cuatrienio de Luis Pérez Gutiérrez (2016-2019) ascendió a la no despreciable suma de tres billones de pesos para el progreso de la región, cuyas transferencias se destinan principalmente para la salud y la educación.

La grave situación que afecta a todo el planeta como consecuencia del advenimiento del coronavirus, además de haber cobrado más de 27 mil vidas humanas en 188 países, ha empezado también a hacer mella en las economías mundiales y Colombia no es la excepción; situación de calamidad que ha provocado el consumo desbordado de alcohol antiséptico sin precedentes en la historia reciente de nuestro país.

Esa escasez, no precisamente del etílico, se vislumbra en todos los almacenes de cadena, farmacias, droguerías, tienda de barrio y hasta en las mismas cárceles, hospitales y clínicas del país.

Ante tal panorama, el Gobernador de Antioquia, quien seguramente ya cambió de parecer y no la venderá, ofreció donar alcohol antiséptico producido por la Fábrica de Licores de Antioquia con el fin, loable por cierto, de abastecer la demanda de productos sanitarios dada la escasez manifiesta en casi todo el territorio colombiano, pero resulta que el Instituto Nacional de Inspección a Medicamentos y Alimentos no ha autorizado su distribución, cuyo fin primordial es tratar de combatir el COVID-19; petición que ya fue elevada por el mandatario seccional desde el pasado martes, 25 de marzo y desde entonces la FLA espera la visita del INVIMA, en medio de un absoluto mutismo.

La infraestructura y las máquinas que producen el alcohol antiséptico están al 100%, amen que sus valientes empleados están trabajando durante la cuarentena y a la espera de entregar más de 50.000 litros para su distribución.

El actuar paquidérmico del director del INVIMA es irresponsable y se necesita darle celeridad al impostergable asunto; la clase dirigente tampoco se hace sentir y el señor Presidente de la República no puede apersonarse de todo.

Es hora de que el Procurador General de la Nación intervenga de inmediato en tan delicado asunto porque, sin duda, en más importante otorgar permiso a la FLA para tratar de mitigar una pandemia, que pretermitir la imposición de sanciones al conductor del vehículo cuya revisión técnico-mecánica esté vencida y use su carro.