3 noviembre, 2025

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

La narrativa gubernamental                      

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Adriana Cardona Lopez

Por Adriana M. Cardona L.

Dicen los que saben que la realidad social que padece Colombia no necesita más explicaciones para entender cuál es la penosa situación de las fuerzas militares y de policía y que su vecino Venezuela y su dictador Nicolás Maduro sueñan con que su aliado sea el gobierno colombiano para combatir como así lo afirma “amenazas” de Estados Unidos.Y mientras tanto, la movilización de buques estadounidenses al Caribe para combatir el narcotráfico es una realidad.

La narrativa gubernamental utiliza la paz como su escudo hablando de un “Plan Nacional de Soberanía y Paz” y así supuestamente reforzar el sistema de defensa nacional diseñado por el expresidente Hugo Chávez, obligando a la población civil a una movilización nacional. Mientras tanto Nicolás Maduro saca su manual de funciones para tratar de aferrarse más al poder desconociendo la hiperinflación, escasez de los productos básicos y una emigración desde el 2014 que no tiene presentación y que arroja como resultado una crisis económica y social que no podrá esconderse más.

A esta clase de regímenes ni la presión política los amilana y que sus simpatizantes como el Presidente Gustavo Petro,  si nos descuidamos, termina entregando nuestras Fuerzas Militares y de policía al servicio de una dictadura que ofende y desconoce los derechos de la oposición venezolana y que no llegando muy lejos, vemos cómo Trinidad y Tobago ha padecido violencia y pérdidas humanas los últimos 20 años debido al tráfico de drogas, delincuencia transnacional y actividad de bandas, así lo afirman quienes lo han padecido. Y que en un acto de reflexión llevaremos a nuestras Fuerzas Militares de Colombia a que refresquen sus conocimientos de formación Militar y que tengan muy claro que el enemigo es la dichosa Paz total, ya que sin respeto y pudor algunos utilizan el principio de igualdad y lo ubican en la misma balanza a unos delincuentes que no desean resocializarse con una población civil que lucha por vivir en paz.

Colombia necesita que la misión de la fuerza pública sea enaltecida y recordada, para que no se vean sometidos y sacrificados.

Tendremos que apelar a la doctrina militar que contiene normas de conducta y habilidades de combate legítimas sin miedo, para que así estén siempre bajo los parámetros de la eficacia y la seguridad de los soldados.

Hoy vemos cómo el ministro de Defensa necesita la carta política de Colombia y el manual de liderazgo para que recuerde las bondades se ser militar y así sus principios y enseñanzas estén impregnados de honor. Que no se someta a órdenes y actuaciones ilógicas, insensatas e ilegítimas disfrazadas de un manto de legalidad y sello de Paz Total y así a las tres fuerzas no se les olvidará con acierto quién es el enemigo de la paz.