
Por Adriana M. Cardona López
Dicen los que saben de formación militar, táctica y honor que al ingresar a las Fuerzas Militares de Colombia se tiene la obligación de defender la patria y cumplir los deberes establecidos. Que las órdenes militares se acatan igual que las órdenes presidenciales, y dicen los que más saben que el derecho a la vida se respeta dentro de los límites legales y que un soldado no tiene la obligación de morir por la patria en sí misma.
Hoy vemos cómo nuestro ministro de Defensa y comandante de las Fuerzas Militares acatan las órdenes presidenciales y que podríamos pensar que lo hacen dentro del marco de los preceptos, principios, valores, virtudes y derechos inherentes a la carrera militar.
No obstante, hoy estamos viviendo una defensa nacional sin coraje y que se presta para violar de frente el derecho a la vida; tratando de resocializar a quien aprovecha de este cuarto de hora presidencial para seguir delinquiendo. Y con certeza militar se afirma que en Colombia los comandantes y ministros no tienen un verdadero compromiso con la República.
¿O serán que son ingenuos o estarán maniatados? Aceptan los cargos con otros ánimos que hacen que uno entregue el uniforme y dé vuelta mar. Y que de regalo de madres nos obsequian un Decreto hasta mayo de 2025 y que, con un soñado proceso de paz total lleno de taras, amoralidad y de ventajas suspende las operaciones militares ofensivas contra los grupos al margen de la ley, llámense como digan que se rotulen, lo único que han sabido es delinquir.
Sería interesante que las Fuerzas Militares de Colombia adelantaran un curso con los “Boy Scout» y así aprender a desatar nudos y esperar el nacimiento de un nuevo Cóndor de los Andes que representa un estado social de derecho con libertad y gloria de la patria y que la clave de la paz está en el cuello de este Condor y de la mano de un Oficial retirado de la Fuerza Aeroespacial Colombiana hoy (ministro de Defensa) para que reflexione y busque las verdaderas necesidades de esta Nación que está ofendida.
Más historias
Elucubraciones: revolución en el periodismo colombiano
Los Susurros de Kico Becerra
Crónica #1122 del maestro Gardeazábal: Con los calzones abajo