Al cierre del primer año de sesiones del Congreso con Iván Duque en el poder, es hora de hacer balance. Como se trata de la primera legislatura en casi 20 años en que el Ejecutivo no reparte billones en ‘mermelada’ corrupta entre los parlamentarios, es inevitable una mirada benévola y decir que, a pesar del síndrome de abstinencia por falta de jalea, que casi mata a decenas de congresistas, a Duque no le fue tan mal.
Es un logro en sí mismo –abonable al Presidente– acabar con los cupos indicativos que aceitaban el Capitolio, y no morir en el intento. Sin ‘mermelada’, el Gobierno sacó adelante una reforma tributaria (aunque no la que quería), el Plan de Desarrollo y la ley de las TIC, fundamental para que se acelere la inversión privada en el sector y muchos más colombianos puedan conectarse a internet. Pero fracasó en sus iniciativas para ajustar el acuerdo de La Habana, con el sonoro hundimiento de las objeciones a la ley de la JEP. En un escenario así, es difícil decir cómo le fue a la mininterior, Nancy Patricia Gutiérrez, responsable del manejo del Congreso. (Lea la columna).
Más historias
Oscar Darío Pérez por su 5ª legislatura por el Centro Democrático
Ana Ligia Mora, “Enamorada de Antioquia”, busca la Cámara por el CD
Este puente festivo disfrute los Alumbrados EPM en Medellín y 15 municipios