19 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

La generación de los pandemials con grandes riesgos y serios desafíos

Por Enrique E. Batista J., Ph. D.

https://paideianueva.blogspot.com/

Para referirse a un grupo determinado de personas que comparten algunas características esenciales y comunes, usualmente de edad, y que además tienen la condición de que viven y crecen de manera continua en un mismo espacio geográfico y ambiente cultural, se han empleado términos como cohorte, camada, progenie, grupo etario y generación. Históricamente una generación fue concebida compuesta por ciclos de 20 a 30 años, aunque otros la limitaron al rango de 15 a 20. Se admite la aparición de una nueva generación, más allá de la edad, sólo si hay cambios sustanciales en algunas facetas sociales y en variedad de circunstancias culturales acompañadas con el surgimiento de nuevos valores, nuevos derechos, nuevos roles sociales o la reconfiguración de los antiguos. La nueva generación implica siempre variedad de rupturas sociales, culturales, políticas, económicas y laborales. 

El surgimiento de nuevas generaciones crea una condición especial en los modos de convivencia en el hogar, las escuelas, los sitios de trabajo y en la sociedad en general; a la vez, se presenta una fuente potencial de conflictos y de mal entendimientos, en especial cuando por la invocación de autoridad la vieja generación insiste sobre la nueva en su visión y valores de la familia, de la sociedad, de la educación y del mundo en general.   

En las últimas décadas las sociedades y culturas han cambiado de modo acelerado; el mundo y sus valores se han vuelto cada vez más globalizados, diversas tecnologías han introducido cambios sustanciales en los modos de convivir, de aprender, de socializarse, en la naturaleza del trabajo, en creación nuevas condiciones de vida, de interacción social, aculturación y diversas formas de sincretismo en las variadas formas de concebir al mundo, sus culturas  y sociedades.    

El surgimiento de una sociedad informatizada llevó a que se estableciera una distinción amplia entre dos generaciones: los «Nativos digitales» y los «Inmigrantes digitales». Los primeros referidos a los que nacieron en un ambiente digital, con abundancia y facilidad de acceso a recursos informáticos, grupo generacional para quienes las tecnologías digitales y el acelerado cambio de  ellas es un asunto normal, cotidiano, nada raro ni extraño; de otra parte, los inmigrantes digítales  son el resto de las personas nada duchos en los avances tecnológicos a los que consideran de valía residual,  ajenos a ellos e innecesarios para sus necesidades vitales, condiciones y ambientes laborales. 

Bien se ha resaltado que los acelerados avances en ciencias y tecnologías han creado nueva formas sociales y modos diferentes de interacción entre las personas y las culturas. Esos avances crearon, entre otros, un desfase en los modos de educar y de aprender entre los nativos digitales y muchos de  sus maestros, inmigrantes digitales, y expatriados por la fuerza incontenible de las nuevas generaciones de ese mundo de aprendizaje ubicuo creado alrededor de múltiples adelantos; se configuró un ambiente cultural y escolar novedosos  que muchos han persistido en ignorar.  

En el pasado se han reconocido otras denominaciones de generaciones como la de la «Nueva ola» (asociada al movimiento musical inicial del rock and roll), la «Ye yé» (de origen en Francia, también de carácter musical), de los años 60 y 70 del siglo pasado y, más reciente, la de los «YouTubers». Sin embargo, las más reconocidas denominaciones, con lapsos de duración de 15 a 20 años, han sido las siguientes: 1. La silenciosa entre 1928 y 1944,  que siguió a la primera guerra mundial; 2. la de la explosión  de natalidad (o «baby boomers»), entre  1945 y 1964, surgida al finalizar la segunda guerra mundial, (con ese nombre por el crecimiento de la tasa de natalidad para compensar las pérdidas humanas de la guerra); 3. la generación X, entre 1965 y 1980; 4. los «millennials» (también llamada generación Y) entre  1981 y 1996 y  5. la generación  Z, entre 1997 y 2018. El inicio y terminación de las generaciones X, Y y Z varían algo entre los autores. En la web se encuentra abundante caracterización de estas generaciones. (por ejemplo, https://rb.gy/qy7gdfhttps://rb.gy/zurrq2https://rb.gy/iiyorl).       

En la caracterización de tales generaciones se precisa reconocer que las peculiaridades de cada una de ellas dependerán de los ambientes sociales y culturales específicos y de los factores que afectan la cotidianidad de los miembros de los diferentes grupos etarios que ellas abarcan. Los miembros de una determinada generación muestran, dentro de sí mismas y entre ellas, variaciones que responden a la naturaleza de los ambientes físico, social y cultural. Por ello, se precisa evitar el riesgo que se corre con una caracterización global de cada generación más allá de sus sentidos particulares e identidad conscientemente construida y afectada por los contextos regionales y culturales en que viven. (https://rb.gy/wvttvf).  

A las generaciones mencionadas le seguirá la de los «pandemials», que se inicia en 2019, signada ella por profundos cambios sociales, culturales, educativos, económicos, laborales, ambientales, sanitarios y políticos que les ha producido y producirá, con sus efectos a largo plazo, la pandemia. Será una generación, como ninguna de la anteriores, que enfrentará de manera simultánea desafiantes retos en cada uno y tan variados campos de la vida diaria. O sea, que afrontarán un mundo con mayor complejidad y riesgos, en particular en los primeros años cuando haya que atender los efectos postraumáticos, la elaboración de duelos por la muerte de tantos, la superación de la desnutrición y de la pobreza, el acceso a  servicios de salud, incluidos los psicológicos, y la imperiosa transformación de las escuelas con nuevos modelos que sean sensibles a sus especiales necesidades y a las del mundo social, económico y laboral al que serán forzados a enfrentar.  

Así, resulta muy importante acompañar a esta generación para que, aparte de reconocer la existencia de valores nuevos, fundamenten una visión positiva de la vida y de la sociedad en la importancia que tienen los valores perennes. Cambiarán sus actitudes frente a la organización social, la política, el medio ambiente, la ética y la tecnología; crecerán en un sentido de independencia con deseos y manifestaciones expresas para controlar su propia ruta vital. Combatirán la inequidad, promoverán la garantía de los diversos derechos, serán mucho más sensibles al medio ambiente y a las políticas de salud que eviten el sufrimiento que produjo la pandemia del coronavirus. Lucharán por políticas sociales que les aseguren trabajos dignos y estables con adecuada seguridad social. En el largo plazo, el menor nivel de escolaridad, producto de la alta deserción y el atraso académico, cognitivo y emocional, puede reducir la disponibilidad de talento humano, aumentar la pobreza e incrementar el malestar social, comprometiendo así el bienestar y el crecimiento económico colectivo. 

Será preciso reconocer en los «pandemials» que sus expectativas sobre la educación y sus diversas prácticas será muy distinta de la que se ofrece ahora y de la que padecieron las generaciones pasadas.  También será necesario aceptar, para el bien de todos, que no será una generación callada, ya que crecerá abrumada por los muy duros y perdurables efectos de la pandemia del coronavirus, los que marcaron su vida durante ella y comprometieron su futuro por décadas. Los lazos familiares perdidos generarán en ellos vulnerabilidad, labilidad y desapego emocional. (https://rb.gy/nralfs).   

Esperemos que con nuestra comprensión solidaridad y seguro acompañamiento sea una generación más feliz y pacífica y solidaria. Como señala el académico Orlando Arenas: «Debemos tener un profundo conocimiento de la crisis a la que están expuestos nuestros niños y la negra perspectiva de la sociedad de mañana. Si no atendemos prontamente a salvar a quienes hoy sienten todos los estragos de la pandemia, podrían levantarse en medio de carencias y traumas que los harán infelices, mediocres y fracasados para salvar la sociedad».