19 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

La Cultura de las Armas: en el ADN de los norteamericanos

Rafael Bravo
https://rafaelibravo.blogspot.com/

Por Rafael Bravo 

‘’Gun violence is a uniquely American crisis’’

‘’La violencia por las armas es una crisis excepcionalmente norteamericana’’

El ruido ensordecedor de las balas, los gritos, la sangre, los muertos. Una tragedia que se repite a diario solo en los Estados Unidos. El 2021 fue record con cerca de 48 mil víctimas de la violencia con armas de fuego. En lo que va de este mes, ya se supera la cifra de 40 masacres que han dejado cientos de muertos. Una crisis que por su magnitud es única a la nación más poderosa del planeta. Las causas dicen los expertos tienen su raíz en disputas en el trabajo, por traumas familiares, por resentimiento racial o por desórdenes mentales.

Una pandemia que tiene su origen en la misma Constitución cuya enmienda fue aprobada en tiempos distintos, amparando el derecho a poseer armas. Los múltiples intentos por regular la compra de las armas de asalto han sido imposibles por los intereses de la industria, un lobby político que a través de la Organización Nacional del Rifle califica a los congresistas según su respaldo a la enmienda. Un debate interminable en el que la sociedad sufre el fuego cruzado que se intensifica a medida que aumentan los tiroteos masivos.

Una cultura de la muerte que suprime el derecho del otro a la vida, a la libertad y a la búsqueda de la felicidad tal cual lo establece la misma Carta Magna norteamericana. Las matanzas son parte de una dinámica que la sociedad norteamericana se niega a cambiar. Los llamados de ciertos sectores políticos, los medios y las redes sociales para que se limite la posesión de armas son un disco rayado y, sin embargo, la carnicería se agudiza con mayor violencia y el número de víctimas inocentes aumenta.

Lo ocurrido en California hace poco confirma la falta de coherencia en la legislación pues a pesar de que en ese estado existen leyes muy estrictas, las armas llegan de otras jurisdicciones donde la reglamentación es más laxa. El régimen federal establecido en los Estados Unidos hace que cada estado legisle según sus propias prioridades e intereses. El flujo de armas no es exclusivo al país del norte. La violencia del narcotráfico que vive Latinoamérica se alimenta porque existe un mercado ilícito al que los gobiernos les resulta casi imposible de controlar.

Esa fascinación por las armas comienza en el núcleo familiar desde el cual los niños perpetúan la cultura de la muerte. Los eventos de las últimas semanas demuestran la gravedad del asunto. Un niño de tan solo 6 años en el estado de Virginia, le disparó a su maestra sin explicación distinta que el arma salió de su casa que nadie se lo impidiera. El atacante que asesinó a 11 personas en California era un anciano de 72 años, el de mayor edad en la historia de los tiroteos masivos. En ambos casos entender los motivos e intenciones resulta todo un albur.

Aunque la administración Biden y el resto del país clamen medidas para controlar el azote de la violencia armada, los intereses particulares de la industria y la extrema derecha continuarán siendo un obstáculo. No basta con legislar pidiendo verificar los antecedentes y exigir que los compradores sean mayores de edad. Qué hacer y cómo controlar los millones de armas legales e ilícitas es el meollo de la solución.