Hoy vemos cómo estamos inmersos en una sociedad que no avanza con la realidad; donde los conocimientos se amplían para el lado de la conveniencia personal. La lucha de clases sociales es el festín y la contienda.
Y se nos hace creer que existe amplitud de razón, cuando en el fondo se le hace el quite a la realidad. La búsqueda de un diálogo entre las religiones, las clases sociales, las monarquías deberán tener un diálogo sensato.
Las Naciones deberán creer lo que dicen los ambientalistas y que este diálogo tendrá que llegar para que la fe y la razón cumplan su fin y entendamos que “la Zarza” ya es otra cosa. La corrupción, la maldad y el egoísmo acampa en su paraíso parece que esta llamada democracia está fallando y que la lucha por arrebatarla está latente. Como los ermitaños deberemos buscar el infinito y revisar en qué fallamos.
Abrir una puerta mágica sería la solución donde por fin encontramos “el finito” y así reparar estos males. Cojamos la camándula puesto que hoy los acontecimientos nos dan la razón y que la monarquía empezó por ceder sus privilegios. Un Príncipe renuncia a la realeza y su corona, una gran potencia ordena operativos militar dando de baja y días después trata con prudencia el tema bélico, voraces incendios en Australia.
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