20 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Jesús Abad Colorado: Coherencia ética en el periodismo

 

Por Claudia Posada (foto)

“Para mí, la fotografía y el periodismo no son una mercancía, sino un servicio a la sociedad”, y no es una simpe frase, fue un propósito que se trazó y se hace evidente en su trabajo; se trata del periodista Jesús Abad Colorado, quien durante su trayectoria de hace 25 años retrata el conflicto y violencias padecidas de manera cruenta en los campos de la ruralidad colombiana. Exaltado con el Reconocimiento a la Excelencia del Premio Gabo 2019 en su séptima entrega, recibe esta distinción con todos los méritos. La convocatoria anual para el máximo galardón de la Fundación Gabo, creado con el fin de estimular la búsqueda de la excelencia y la coherencia ética en el periodismo, se inspiró en los ideales de Gabriel García Márquez, para el ejercicio de esta labor.

Conocida como la FNPI, iniciales del primer nombre, Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano, sigue tal cual con los objetivos y principios que la orientan desde 1995: “Liderar iniciativas para transmitir a las nuevas generaciones de los países iberoamericanos el sueño de Gabriel García Márquez de hacer el mejor periodismo del mundo, un periodismo independiente que busca investigar, explicar y contar historias de la realidad de manera rigurosa, ética y creativa. Un periodismo con espíritu de servicio público que aporte a la construcción de ciudadanía en una sociedad democrática”.

En este marco, la distinción no podía ser mejor adjudicada; durante su trayectoria profesional, Jesús Abad Colorado jamás se salió del sagrado compromiso con él mismo: Ejercer el periodismo como un servicio a la sociedad. Desde siempre, tal cual se lo inculcaron en el hogar, ha sido respetuoso, íntegro, con valores éticos que increíblemente aplica en su reportería gráfica para mostrar la violencia, la muerte y el dolor de los desplazados sin herir sentimientos.

Jesús Abad Colorado es y será referente para nosotros sus colegas que, en condiciones   nada parecidas a las que él superó para recorrer tantos kilómetros de tierras difíciles y amenazantes en busca de la verdad y las lágrimas de las víctimas, atraído por el ánimo de dejarle a Colombia y al mundo las crónicas visuales que cuentan una realidad; ninguno otro en nuestro medio ha llevado a cabo tan hermoso relato histórico plasmado en fotografías. Su independencia es admirable, su compromiso con los ideales de servicio público del periodismo, es grandioso. Qué inmensa diferencia con tantas distinciones y premios inmerecidos, entregados, más bien, entre miembros de la sociedad de los mutuos elogios.

A Nelson Fredy Padilla, su colega, escritor y gran amigo del galardonado, a raíz del reconocimiento recibido, Jesús Abad Colorado le entregó lo siguiente declaración: “A nuestros líderes políticos, económicos o religiosos les pido que entiendan que este país está cansado de tanta violencia y muchas veces las palabras de odio en medios de comunicación o en el Congreso de la República, se traducen en balas contra líderes de nuestro país, que le están apostando todo a la vida”.

Ojalá reflexionáramos todos los días al iniciar nuestro trabajo, para no desdibujar el papel que nos corresponde ante el deber periodístico, entendido, como lo afirma Abad Colorado, que nuestro oficio no es una mercancía sino un servicio a la sociedad. De ahí que los medios de comunicación tengan gerentes para administrar los recursos, y directores para conducir el objetivo periodístico de informar, desde la noticia o la opinión, sin mezclar los roles.