8 noviembre, 2025

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Interactuar “siembra” la revolución silenciosa

Haga Click

Image Map

Innovación regenerativa está salvando el campo colombiano y alimentando el futuro

– Mientras Colombia pierde anualmente varios kilómetros cuadrados de suelos productivos por prácticas agrícolas convencionales, una nueva generación de agroempresarios está demostrando que es posible producir más, contaminar menos y regenerar la tierra. 

– La innovación en agricultura sostenible no es solo una promesa ambiental: es una estrategia económica que está transformando fincas en laboratorios vivos donde la tecnología, el conocimiento ancestral y la ciencia se encuentran para escribir el futuro del campo.

– En La Unión, Antioquia, una canasta de tomates orgánicos cuenta una historia distinta a la del agro tradicional. No llegó ahí mediante agroquímicos que degradan el suelo, sino a través de sistemas agroforestales que capturan carbono, regeneran ecosistemas y generan empleos dignos.

El sector agrícola es responsable del 22% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, pero también representa la solución. La agricultura regenerativa, que combina innovación tecnológica con prácticas sostenibles, podría capturar hasta 23 gigatoneladas de dióxido de carbono para 2050, según el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC).

En Colombia, esta transición ya no es una opción, es una necesidad imperiosa. Y en medio de este panorama desafiante, organizaciones como Interactuar, a través de su programa MBA Agro, están siendo protagonistas de esta transformación al fortalecer a agroempresarios que están reimaginando el campo colombiano desde la innovación y la sostenibilidad.

La agricultura regenerativa permite que los suelos retengan hasta 40 veces más agua y nutrientes cuando se trabaja con micorrizas. ¿El resultado? Mayor productividad con menor dependencia de insumos externos, resiliencia frente al cambio climático, recuperación de suelos degradados, y generación de empleos dignos en zonas rurales. La innovación sostenible se convierte así en el motor de un cambio positivo en la economía nacional.

BIOMA COLOMBIA: sembrar presente y futuro desde la agroempresa regenerativa

En el corazón del oriente antioqueño, Melisa Vergara Sampayo y Felipe Zuluaga Flórez tomaron una decisión radical hace dos años y medio: dejar la ciudad para ejercer sus profesiones desde la tierra y para la vida. Así nació Bioma Colombia, una agroempresa que hoy es referente en sistemas agroalimentarios regenerativos.

Desde su finca en La Unión, Antioquia, Bioma opera en tres frentes: producción agrícola bajo modelos agroforestales, comercialización directa mediante la Canasta Básica de Salud Agroalimentaria Ecosistémica (CABASE) que conecta productores conscientes con consumidores del área metropolitana, y consultoría agroempresarial con metodologías propias basadas en experimentación, medición y adaptación.

Su modelo genera impacto triple: social, al crear empleos locales y vincular saberes rurales; ambiental, al regenerar suelos y promover biodiversidad; y económico, al garantizar precios justos tanto para agricultores como para consumidores. Su innovación no se basa en grandes inversiones tecnológicas, sino en experimentar, medir y adaptar prácticas que generan datos reales. Cultivan tomate orgánico, integran animales, producen bioinsumos y han transformado su finca en un aula viva.

El MBA Agro de Interactuar ha sido fundamental en su crecimiento. «Lo más valioso del MBA es compartir con otros empresarios rurales, ver que estamos construyendo empresa y país desde nuestras fincas», afirma Felipe Zuluaga. El programa les ha permitido ordenar prioridades, formalizar la empresa y acceder a herramientas estratégicas para escalar su impacto.

CAMPO VERDE: Un legado de ciencia que sana la tierra

Otra historia que vale la pena contar, es la de una familia decidió apostarle a una agricultura diferente: sin pesticidas, sin químicos, sin daños a la tierra. Hoy, Micorrizas y Sustratos Campo Verde genera 22 empleos formales en zona rural y su conocimiento ha llegado a Guatemala, El Salvador, Honduras, Perú, Dinamarca y próximamente Estados Unidos.

Gerónimo Cardona Díaz, joven líder de esta empresa familiar, asumió hace tres años el reto de continuar y proyectar la visión de sus padres y tío. Su propuesta se centra en la producción de sustratos y micorrizas, biofertilizantes que fortalecen las raíces de las plantas y regeneran la salud del suelo. Pero Campo Verde no solo vende productos: ofrece soluciones integrales con asesorías técnicas y capacitaciones que transforman cultivos y mentalidades.

«Estamos convencidos de que lo que hacemos debe tener un impacto, más allá del producto. Buscamos cambiar mentalidades, que la gente entienda que una agricultura limpia y regenerativa, que cuida la salud humana, es posible», enfatiza Gerónimo.

Las buenas prácticas ambientales son el alma del proceso en Campo Verde. No se usan químicos en ningún momento del ciclo productivo, se priorizan materias primas locales para reducir la huella de carbono, se reutilizan insumos y se minimizan desperdicios. Esta lógica de ciclo cerrado busca devolverle a la tierra más de lo que se extrae.

Los datos son contundentes: para reducir a la mitad las emisiones de los sistemas alimentarios de aquí a 2030, las inversiones anuales en agroalimentación deben incrementarse hasta los 260.000 millones de dólares anuales según el Foro Económico Mundial. Actualmente, el sector agroalimentario recibe apenas el 2,2% de la financiación climática global, mientras que las energías renovables reciben el 51%.

Pero más allá de las cifras macroeconómicas, la verdadera transformación está ocurriendo en las fincas, en las veredas, en las manos de jóvenes y familias que han decidido que otro campo es posible. Un campo donde la tecnología y la tradición convergen, donde la productividad no sacrifica la naturaleza, donde los suelos se regeneran mientras alimentan a las comunidades.

Colombia tiene todo lo necesario para convertirse en un gigante agrícola regenerativo: biodiversidad incomparable, tierras fértiles, conocimiento ancestral y, sobre todo, una nueva generación de agroempresarios que están demostrando que la innovación sostenible no es el futuro, es el presente.

Organizaciones como Interactuar, a través de su programa MBA Agro, están siendo catalizadores fundamentales de esta transformación. Al fortalecer capacidades empresariales, conectar redes de colaboración y proporcionar herramientas estratégicas adaptadas a la realidad rural, Interactuar no solo está formando empresarios: está construyendo el ecosistema que el campo colombiano necesita para competir, innovar y regenerar.

Cuando la ciencia, la familia, el territorio y la educación empresarial se articulan, el beneficio es compartido: productores, colaboradores, consumidores y ecosistemas ganan salud, bienestar y futuro.

La revolución silenciosa del campo colombiano ya comenzó. Y tiene nombre: innovación regenerativa. Y tiene aliados estratégicos como Interactuar, sembrando conocimiento para cosechar futuro.