3 noviembre, 2025

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Humor y política

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Gerardo Duque

Por Gerardo Emilio Duque G.

Virgilio Vargas Pino se desempeñaba como gerente de Metrosalud en la ciudad de Medellín, siendo alcalde Juan Gómez Martínez. Vargas Pino era militante de la izquierda, situación que generó indisposición con los copartidarios pues políticamente no había ninguna coincidencia. En una asamblea del partido de izquierda al que pertenecía Vargas Pino el reclamo fue unánime y le pidieron a este que se pronunciara frente al caso. Vargas Pino tomó el micrófono y les dijo a los presentes cuál es el propósito de este partido, tomarse el poder sí o no, pues bien, yo ya me tomé mi pedazo.

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En una feria de las flores fui designado como jurado en el evento de Arrieros y Fondas que se celebraba en la calle 70 de Medellín. En ejercicio de mi función empecé a recorrer cada una de las fondas representativas de los municipios. En todas había música, fritanga, aguardiente y gente. Entre las últimas fondas había una representando a un corregimiento de un municipio antioqueño. Lo simpático era que no había absolutamente nadie. Ante tal situación le pregunté al que estaba atendiendo en el mostrador: ¿qué pasa que aquí que no hay gente? Es que ese corregimiento es muy solo, me respondió.

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El jurista Oscar Londoño Cano buen hombre, político honesto, se desempeñaba como secretario de la Asamblea de Antioquia. Un día estando en Santa Fe de Antioquia la líder Amparo Villa era encima de él permanentemente diciendo que necesitaba con urgencia un enfriador. Y era tanta la joda, que Londoño Cano le contestó: usted lo que necesita es un calentador.