Por Oscar Domínguez G.
· De García Herreros al padre Diego
Al padre Rafael García-Herreros nunca le estorbaron la castidad ni la pobreza. Prefirió juntarlas para hacer plata con destino a los de abajo. Le bajaba temperatura a los asaltos de la lujuria reuniéndose cada año con las mujeres más bellas en el Banquete del Millón, cuya versión número 65 se realizará hoy jueves 20 de noviembre en su escenario de siempre: el Salón Rojo del Hotel Tequendama.
El padrecito Rafael falleció hace 33 años en pleno banquete que seguía desde su lecho de enfermo.
Amaba a los ricos totales porque con ellos conseguía para subsidiar a sus pobres absolutos. Este año, el dinero será para auxiliar a las familias damnificadas por el temblor ocurrido este año en las poblaciones cundinamarquesas de Paratebueno y Medina. Otros banquetes satélites se realizarán simultaneamos en varias ciudades del país,
Delgado como un suspiro de Dios, el padre Rafael García Herreros era el perfecto rico sin plata. Su riqueza consistió en necesitar poco. Entendió que para ser rico lo único que no se necesita es dinero: suficiente que lo tengan los demás.
Se gastó buena parte de su celibato tratando de convencer a los ricos epulones sobre las bondades del negocio de compartir. Fue la versión “cucutoche” de la Madre Teresa de Calcuta.
Desde su condición de Pacheco con sotana fue el presentador de televisión más longevo con su programa “El Minuto de Dios” que sigue al aire conducido en las noches por un curita clonado de García Herreros: el padre Diego, un paisa yarumaleño de toda la camándula, modelo 38, empeñado en que el Siervo de Dios eudista se tutee con el blancaje católico desde la monotonía eterna del santoral católico. De pronto, su ascenso al santoral lo han impedido la gestión que hizo para que Pablo Escobar se aconductara. Al menos logró que se entregará. Cuando creyó que lo iban a cambiar de cárcel, Escobar empujó unos ladrillos hechizos y se voló de la Catedral que había construido a su imagen y semejanza en los altos de Envigado, la ciudad del amor: de la morcilla…
De pronto a partir de las seis de la mañana el padre Diego hace las veces de Sánchez Cristo de Dios y tira línea católica desde su emisora bogotana FM 107.9.
El programa de televisión “El Minuto” ha servido hasta para demostrar la existencia de Dios. “Mami, Dios existe. Tiene un minuto en la televisión”, le notificó una hija a su madre bellamente atea.
Fue célebre el romance epistolar de García Herreros con la diva Brigitte Bardot a quien comparó con otro churro perturbador, María Magdalena. García Herreros invitó a la BB a su Banquete con el argumento de que “de vez en cuando hay que hacer el escándalo del bien… Vendrán muchos a conocer su extraña personalidad”.
La Bardot dijo sí a la invitación con una aclaración: “No me creo una pecadora sino una mujer del mundo moderno. Sé amar. Es todo”.
Agregó la mujer que tiene la edad de nuestros sueños eróticos de juventud: “Todos tienen derecho a servir al hombre. Eso no es privilegio de los santos”. El padre Rafael quedó mirando pa’l páramo con semejante revire. Finalmente, el azar, uno de los trajes de luces que utiliza Dios para notificar que tiene la sartén por el mango, se encargó de sabotear la visita de la BB a Macondo.
Se ganó más de un baculazo por el audaz flirteo epistolar con la diva. Pero sabía que el Galileo, su copartidario, lo tendría en el riñón de sus afectos primero, y a su diestra después, una vez le decretara el silencio eterno.
Roma le negó el báculo de obispo. “Me faltó solemnidad”, admitió, sonriente la vez que le pregunté por semejante ninguneada. Aunque la vanidad nunca fue su fuerte. Prefirió un master en el destino de darse. Una forma de alcanzar la inmortalidad, según el Dalai Lama
Pie de foto: El padre Rafael García-Herreros tiene el mosaico de cara más grande del mundo: 60 metros cuadrados. Está ubicado en la plazoleta del Minuto de Dios. En la foto, el día que fue descubierto el mural del artista Iván Darío Gil Bolívar, a la derecha. Lo acompañan el padre Diego y su hijo José. (odg).


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